El director de cambio climático de Uruguay, Ramón Méndez, afirmó que el acuerdo climático sellado este sábado en París es «extraordinario» y «ambicioso», a la vez que va más allá de las peticiones que el país había traído a la cumbre COP21.
«Para Uruguay fue realmente extraordinario, realmente extraordinario. No podemos decir otra cosa sino que no solo obtuvimos todo lo que vinimos a buscar, sino más, realmente mucho más, algo que no podíamos esperar», dijo Méndez en declaraciones a la prensa.- «Primero, veníamos a buscar un acuerdo ambicioso, salimos con un acuerdo ambicioso.
Queríamos ser parte de la solución, estamos siendo parte de la solución», explicó el director general.»Queríamos garantizar que hubiera dinero y líneas de financiación para países como Uruguay, que si bien es de renta media-alta, tiene una vocación de ser un piloto para el desarrollo de nuevos modelos bajos en carbono y adaptados al cambio climático», añadió. Méndez recalcó, además, que su delegación cree que el consenso deja «bien protegido» al sector agrícola uruguayo, «responsable de un 70 % de las exportaciones y del 80 % de las emisiones de efecto invernadero».»Es algo que (el acuerdo) comprende y respeta, y que reconoce la importancia fundamental de la producción de alimentos y del sector de agricultura», indicó, a la vez que añadió que en su conjunto el pacto «deja muy satisfecho» a Montevideo. Del contenido del texto destacó «la idea de que todos tenemos que hacer un plan nacional de comunicación y que tenemos que comunicarlo cada cinco años, con nuestros objetivos de reducción de emisiones y de adaptarnos, la transferencia de tecnología y la financiación». Recalcó también que en el aspecto de la financiación, deja «claro» que los países desarrollados tienen que implicarse, de modo que se marcó como «suelo» el compromiso de movilizar anualmente 100.000 dólares para combatir los efectos del cambio climático, una cantidad que dijo que no es «muy importante» pero que consideró que puede ayudar a movilizar otros fondos. – Subrayó, además, que los mayores países en desarrollo, como China, también «tienen la posibilidad de cooperar» a la financiación contra el cambio climático, con fórmulas como la cooperación sur-sur. – (El Espectador)