Actualmente las 16 áreas protegidas cubren una superficie de 310.000 hectáreas, más otras 50.000 adyacentes. El Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) maneja un presupuesto de 2,75 millones de dólares anuales, 75 % de los cuales se invierten en el territorio. La titular del SNAP, Lucía Bertesaghi, explicó a la Secretaría de Comunicación Institucional que se maneja un presupuesto cercano a los 2,75 millones de dólares, el 80 % proviene de entidades públicas, menos del 10 % de cooperación internacional y el resto por generación propia. Las tres cuartas partes se invierten en el territorio, agregó. Las áreas protegidas son consideradas por el Gobierno nacional un pilar fundamental para la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica y, por ello, le asignó prioridad al proceso de implementación de ese sistema, que define un conjunto de áreas continentales, insulares y marinas especialmente dedicadas a la protección y el mantenimiento de la biodiversidad y los valores culturales asociados. Se trata de un sistema construido en base al reconocimiento y respeto a todos los que durante generaciones cuidaron los paisajes que hoy integran el sistema de áreas protegidas, que además viven, producen y trabajan en ellas. Según explicó Bertesaghi, es un instrumento que permite conciliar la protección del ambiente con el desarrollo económico y social, para lo cual, además del cuidado y revalorización del patrimonio natural y cultural del país, se promueve su disfrute y aprovechamiento a través de la generación de actividades productivas y servicios compatibles con la conservación. El sistema de áreas protegidas se creó por ley en 2000 y se reglamentó en 2005. La primer área que ingresó fue la Quebrada de los Cuervos, en 2008, y actualmente son 16 las zonas que cubren unas 310.000 hectáreas y otras 50.000 adyacentes. Del área total, la tercera parte es marina y el resto terrestre.
Las últimas en ingresar fueron Paso Centurión y Sierra de Ríos, en Cerro Largo.
Bertesaghi informó que se trabaja en los próximos ingresos de las lagunas de Castillos y Negra, las islas del río Negro y también en la ampliación de la Quebrada de los Cuervos, que abarca unas 4.400 hectáreas. El objetivo es alcanzar las 20.000 hectáreas de área protegida, más otras 30.000 de zona adyacente. El sistema funciona en la órbita del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, pero la gestión en las áreas se realiza en acuerdo con otras instituciones, como gobiernos departamentales, ministerios, sociedad civil o empresas. En la actualidad, trabajan unas 90 personas en distinta vinculación con las zonas protegidas y, “al momento de crear una nueva área protegida, se define cómo será su administración o coadministración”, agregó la jerarca. https://www.uypress.net