Playas repletas, poco lugar para estacionar, tránsito enlentecido: a pesar de las molestias, tras la temporada atípica del año pasado, estas situaciones son señal de alivio para el sector turístico. No hay lugar para estacionar, ni mesa libre en algunos restaurantes, el tránsito es caótico y cada dos por tres, sin importar la hora, se forman largas filas de autos casi en cualquier calle de la península. Pero a pesar del calor y este tipo de molestias, en el Este uruguayo el verano devolvió el turismo y eso hace que todo lo que siempre fue motivo de queja sea un poco menos negativo. El movimiento esteño comenzó en la segunda quincena de diciembre, subió otro nivel luego de Navidad y “explotó”, según los locales, para recibir el 2022. En zonas como La Barra de Maldonado, que en los últimos días del año que acaba de culminar vio inaugurar múltiples negocios, sobre todo gastronómicos, las aperturas no paran: lugares que hace una semana atrás estaban a medio armar, hoy se muestran con prolijas mesas en la vereda y llenos de gente, sea la hora que sea. Aunque permanecen los cuidados básicos por la pandemia, luego de una temporada atípica como la del año pasado que tuvo las fronteras cerradas, volvieron los turistas, las fiestas, los paradores de playa repletos, los restaurantes en los que sin reserva es difícil cenar. La Dirección Nacional de Migraciones informó que entre el 15 de diciembre hasta el 2 de enero ingresaron a Uruguay 123.127 turistas extranjeros: de ese total, 78.884 fueron argentinos: 22.088, brasileros; y 4.635 paraguayos, 4.180.
«Hace como cuatro o cinco años que no vemos este movimiento», dicen vendedores en el puerto. Ana y Luis son una pareja que vende pasteles en el puerto de Punta del Este a la altura del muelle principal desde hace 30 años, por lo que han pasado la misma cantidad de temporadas de verano y saben bien de qué hablan cuando son consultados por el tema. Entre cliente y cliente, Ana dijo a El País que en esa zona de Punta del Este “es impresionante la gente que hay”. “El mayor movimiento comenzó a partir del 30 de diciembre. Es un verano con muchísima gente. Hace como cuatro o cinco años que nosotros no vemos este movimiento. Hay mucha gente navegando, en la playa, nos han dicho en hoteles y restaurantes que vienen trabajando muy bonito también”, detalló.
Argentinos, brasileros, paraguayos y locales.
Ignacio Salvo, uno de los directores de Grupo Magnum, que este verano abrió un local sobre la playa a la altura de la parada 19 de la Playa Mansa, contó a El País que desde antes de fin de año es tal la cantidad de gente que reciben que decidieron no tomar reservas: “Recomendamos que vengan temprano porque hay mucha demanda”, dijo Salvo. Y agregó que “ya a partir del 20 de diciembre nosotros notamos la llegada de los turistas. Ahora hay muchos brasileros, muchos argentinos, también paraguayos. Y en estos días lo que vemos es que ha crecido mucho la venta, pasamos de hacer 1.000 cubiertos a 1.500 por día”. Desde el parador I’marangatú, en la parada 7 de la Playa Mansa, dijeron a El País que el movimiento más fuerte se sintió a partir del 26 de diciembre y desde entonces ha venido en aumento. Señalaron que es notoria la presencia argentinos de nivel económico alto, así como también de brasileros y de los propios uruguayos. Al hablar con los locales la incertidumbre ahora está puesta en qué sucederá pasada la primera quincena de enero. Pero los números confirman que, al menos en estos primeros días del año, el sector turístico volvió a respirar. https://www.elpais.com.uy/