El miércoles, se reportó un trágico naufragio en el Mediterráneo central frente a la isla italiana de Lampedusa, que dejó seis personas muertas y 40 desaparecidas. La embarcación inflable, que medía unos diez metros, transportaba a 56 migrantes en total. El naufragio ocurrió luego de que la lancha, que había zarpado desde el puerto tunecino de Sfax el lunes, comenzara a desinflarse y a llenarse de agua después de varias horas de navegación. Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), que reportó el incidente, seis cuerpos ya han sido recuperados, mientras que las operaciones de búsqueda de los desaparecidos continúan. La representante de ACNUR en Italia, Chiara Cardoletti, expresó su consternación a través de las redes sociales, diciendo: «Sigue habiendo demasiados muertos en un nuevo naufragio en el Mediterráneo».
Los guardacostas italianos lograron rescatar a 10 personas, entre ellas cuatro mujeres y seis hombres, y continúan la búsqueda en la zona. Condiciones meteorológicas adversas complican las operaciones, que cuentan con el apoyo de aeronaves de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex). El bote fue encontrado parcialmente desinflado cerca de la isla Lampione, un pequeño promontorio rocoso al oeste de Lampedusa, más cerca del norte de África que de Europa. Además, los centros de búsqueda y rescate de Malta y Túnez han sido alertados para colaborar en la recuperación de los desaparecidos. El grupo de migrantes provenía de varios países de África, como Camerún, Costa de Marfil, Malí y Guinea. Tras menos de 24 horas de navegación, muchos cayeron al agua debido a la marejada, y el bote terminó naufragando el martes por la tarde.
Teresita Pica para Visión Marítima