El buque escuela «Capitán Miranda» de la Armada Uruguaya debía zarpar el miércoles (tras reparar días atrás un generador), para realizar su habitual periplo internacional de unos 6 meses con los jóvenes oficiales recién graduados e invitados especiales, según la usual resolución gubernamental, esta vez del pasado 4 de abril, habilitando la salida de 76 efectivos del país. Designada su tripulación, el jefe de Logística y Abastecimiento A/N (CP) Aníbal Castillo, que formaba parte de la misma, amparado en la legislación vigente, solicitó que durante esa larga ausencia su esposa, también oficial y a semanas de dar a luz, fuera trasladada de la Base de La Paloma, a casi 200 kilómetros de Montevideo, donde cumple funciones, al entorno capitalino, con el apoyo pleno del resto de los jerarcas del buque escuela «Capitán Miranda». Pero la petición fue negada sin mediar explicaciones por el propio Comandante en Jefe de la Armada, el almirante Jorge Wilson, relevando también al oficial de su misión en este viaje, destinándolo sorpresivamente, junto a su esposa, a la Base de La Paloma, lo que causó malestar en la Armada Uruguaya y preocupación en los oficiales responsables del “Miranda” ante la inesperada falta del hasta el momento encargado de Logística y Abastecimiento, un puesto clave en estos largos viajes. Además, llamó la atención que ni el Comandante de Flota, ni el Prefecto Naval ni el Director de Personal resolvieran la situación simple del matrimonio Castillo y lo elevaran al Mando, no se sabe si por incapacidad o temor a acciones internas. Así las cosas, el mando también determina otros relevos, inclusive el de las máximas autoridades del navío, Comandante del Velero , C/N Diego de la Sierra y el vicecomandante, C/F Santiago Quevedo, quienes desaconsejaban zarpar en estas condiciones, debiendo improvisar en 72 horas un oficial logístico no familiarizado con la embarcación. La medida disciplinaria de Wilson se tomó «por entender estos marinos que las condiciones establecidas no permitirían el cumplimiento de manera eficiente del viaje de instrucción que se iba a iniciar», admitió el Comandó General de la Armada, en nota de prensa. Simultáneamente, trascendieron diversas versiones indicando precisamente que quien hasta hace pocas horas comandaba el buque escuela “Miranda”, que hace unos 18 meses denunció hechos aparentemente fraudulentos en la Dirección de Bienestar Naval, tema del que se aleja al ocupar el reciente cargo en el buque en cuestión, estaría a punto de investigar cuentas poco claras del propio Buque Escuela. Aún no se sabe si se trataría de operaciones en concepto de proveeduría o compras de Entreport. Los Capitanes De la Sierra y Quevedo, respectivamente comandante y segundo comandante del “Miranda” habrían sido puestos bajo arresto simple al ratificar su cuestionamiento a zarpar sin oficial logístico idóneo en espera de una sanción definitiva. Poco antes, el Capitán De la Sierra manifestó al mando que presentaría una denuncia «por un faltante de dinero en una Unidad Naval”. Al respecto, se ignora aún si se trata del propio ROU 20 «Capitán Miranda» o una ampliación sobre las anteriormente ya formuladas por presumibles fraudes en la Dirección de Bienestar Naval, que dirigió desde 2022, además de haber estado al frente de la División Política Naval y Planes del Estado Mayor., donde fue sucedido precisamente por el CF Quevedo, también al frente entonces del Centro de Coordinación de Operaciones de Mantenimiento de la Paz de la Armada. Mientras tanto, fue designado un nuevo comandante, el C/N Artigas Zorrilla, al cual se le destacó de forma inmediata a un joven Guardiamarina, egresado solamente hace dos años y oriundo del Servicio de Contabilidad y Hacienda de la Armada/SECON, como encargado de Logística y Abastecimiento para todo el periplo intercontinental. (Javier Bonilla)