Un equipo de investigadores utilizó el submarino autónomo Ran para explorar bajo el hielo de la Antártida. Esta misión pionera proporcionó los primeros mapas detallados de la base de un glaciar, revelando importantes pistas sobre el futuro aumento del nivel del mar. El submarino no tripulado Ran de la Universidad de Gotemburgo explora las profundidades bajo el hielo de la Antártida. Un equipo internacional de científicos ha llevado a cabo una misión pionera utilizando el submarino no tripulado Ran de la Universidad de Gotemburgo para explorar las profundidades ocultas bajo el espeso hielo de la Antártida. Este esfuerzo ha producido los primeros mapas detallados de la parte inferior de un glaciar, proporcionando información crucial sobre el posible aumento del nivel del mar debido al cambio climático. La misión de Ran, programada para sumergirse en la cavidad de la plataforma de hielo Dotson en el oeste de la Antártida, implicó escanear el hielo sobre él con un sofisticado sistema de sonar. Durante 27 días, el submarino recorrió más de 1.000 kilómetros bajo el glaciar, llegando a 17 kilómetros en la cavidad. La remota plataforma Dotson. La plataforma de hielo Dotson, situada en el remoto litoral de la Antártida Occidental, se extiende como un bastión de hielo ancestral desafiando el tiempo. Bajo un cielo perpetuamente grisáceo y un aire cortante, las temperaturas caen incesantemente por debajo de los -20 grados Celsius, sumiendo el entorno en un frío inclemente. Las ráfagas de viento gélido esculpen patrones efímeros en la superficie helada, mientras las aguas profundas del océano circundante erosionan silenciosamente la base de la plataforma. Las plataformas de hielo son críticas para la estabilidad de los glaciares, actuando como barreras que ralentizan el flujo de hielo hacia el mar. Su desintegración, aunque pareciera que no afecta al resto del planeta, podría acelerar significativamente el aumento del nivel del mar a nivel global.
“Anteriormente hemos utilizado datos satelitales y núcleos de hielo para observar cómo cambian los glaciares con el tiempo. Navegando el sumergible en la cavidad, pudimos obtener mapas de alta resolución de la parte inferior del hielo. Es un poco como ver el lado oculto de la luna”, dice la autora principal Anna Wåhlin, profesora de Oceanografía en la Universidad de Gotemburgo. Los datos recopilados por Ran revelaron que el glaciar Dotson se derrite más rápidamente en áreas donde las corrientes submarinas erosionan su base. Además, se encontraron evidencias de derretimiento acelerado en fracturas verticales que atraviesan el glaciar. Sin embargo, uno de los descubrimientos más sorprendentes fue la presencia de un paisaje subglacial complejo, con picos, valles y formaciones similares a dunas de arena, probablemente causadas por flujos de agua influenciados por la rotación de la Tierra. Así, al estudiar estas formaciones subglaciales, los científicos pueden obtener información crucial sobre el pasado climático de la Tierra. Los patrones de erosión y deposición de sedimentos pueden revelar datos sobre las variaciones en la temperatura y el volumen de hielo en diferentes épocas geológicas.
Implicaciones científicas
Estos hallazgos tienen profundas implicaciones para nuestra comprensión del comportamiento de los glaciares y el cambio climático. Los modelos actuales de derretimiento de glaciares no pueden explicar completamente los patrones complejos observados. Por consiguiente, estos descubrimientos, complementados por otros hallazgos recientes, subrayan la necesidad urgente de mejorar los modelos predictivos. Este conocimiento, como ya se ha apuntado, dista de ser anecdótico: resulta vital para predecir con mayor precisión cómo y cuándo las plataformas de hielo contribuirán al aumento del nivel del mar. Conociendo nuestro pasado, en esencia, podremos pronosticar nuestro futuro.
Un mundo inexplorado
El trabajo de campo para este estudio se realizó en 2022. En enero de 2024, el grupo regresó con Ran a la plataforma de hielo Dotson para repetir los análisis, con la esperanza de documentar cambios significativos. Sin embargo, solo lograron realizar una inmersión antes de que Ran desapareciera sin dejar rastro. Aunque se obtuvieron datos valiosos, no se alcanzaron todos los objetivos previstos. Es comprensible, porque pocos rincones de la Tierra permanecen inexplorados y resultan tan complejos a nivel logístico. La imagen de Ran desapareciendo en las profundidades oscuras bajo el hielo, cumpliendo sus tareas durante más de 24 horas sin comunicación, evoca la misma fascinación y misterio que el lanzamiento de una sonda al espacio exterior. De modo que, en lo sucesivo, se espera poder reemplazar a Ran y continuar este importante trabajo de exploración en lo que es otro mundo, ignoto pero también relevante para el impacto en el aumento del nivel del mar en el futuro y, por extensión, el futuro de nuestro planeta. https://www.nationalgeographic.com.es/