Hallazgo arqueológico bajo los muelles del Paisaje Industrial Fray Bentos. La búsqueda de objetos de valor patrimonial en el entorno de los muelles del Paisaje Industrial Fray Bentos (PIFB) arrojó un hallazgo arqueológico que podría datar de fines del siglo XIX, cuando todavía operaba la Liebig’s Extract of Meat Company. Se trata de un recipiente de hierro fundido de forma circular de 87 cm de diámetro y casi un metro de alto presumiblemente utilizado para la carga de sal y carbón. Tiene una forma apenas cónica y base plana, con dos soportes laterales tipo muñones para hacerla pivotar. El recipiente se encontró a varios metros de profundidad y semienterrado bajo los muelles de madera, donde habría permanecido sumergido por más de un siglo. Aunque exhibe las marcas del tiempo, la pieza se encuentra bien conservada y no presenta perforaciones. El hallazgo fue realizado por Alejo Codero y Valerio Buffa, ambos buzos de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación (CPCN) especializados en relevamientos de sitios subacuáticos y marítimos de importancia patrimonial. En la extracción participó también Alfonso Quian, buzo profesional que colabora honorariamente con la CPCN. Según Alejo Cordero, quien también es curador de la CPCN, la forma, el material y los procesos mediante los cuales fue construido este objeto indicarían que podría datar de fines del siglo XIX. El hierro se trabajó mediante dos técnicas distintas, colado y martillado, y las uniones están resueltas con remaches también de hierro. Como ya se ha informado, esta es la segunda exploración subacuática en el área declarada patrimonio mundial por la Unesco. La búsqueda es parte de los estudios de impacto necesarios para planificar la futura reconstrucción del muelle principal del Exfrigorífico, a cargo del Ministerio de Transporte y Obras Públicas. Andrea Castillo, arqueóloga del equipo técnico del PIFB que dirige los estudios de impacto arqueológico para la reconstrucción del muelle, destacó que “estos estudios subacuáticos se limitan al área más próxima a los muelles, porque allí se realizará una obra, pero tenemos planificado retomar la búsqueda de bienes de valor patrimonial en toda el área acuática de amortiguación”. Sobre el hallazgo Castillo explicó que “la prioridad es asegurar la perfecta conservación de la pieza, que es también parte del patrimonio mundial”. En el día de ayer el recipiente fue momentáneamente extraído del agua para planificar la forma ideal de trasladarla, tratarla y conservarla evitando su deterioro o descomposición. Una vez analizado el estado de conservación, su peso aproximado y la resistencia del material, el recipiente fue nuevamente depositado en la profundidad de las aguas, para evitar que el contacto con el oxígeno pudiera alterarlo. Durante toda la operación los buzos responsables de la extracción se ocuparon de evitar que el hierro se secara. La extracción definitiva se realizará en algunas semanas, una vez que se disponga de los materiales para garantizar su óptima conservación en el propio Exfrigorífico Anglo. Este tratamiento incluye un largo proceso de lavado, luego del cual se seca y se sella para evitar la reacción del material en contacto con el oxígeno. Todo el procedimiento puede llevar entre tres y seis meses. Posteriormente sería posible la exhibición de esta pieza en el Museo de la Revolución Industrial. Si bien el río Uruguay tiene baja salinidad (menor al agua de OSE o el agua mineral), la sal depositada durante tantos años en cada poro de esta superficie podría ser suficiente para dañarlo en pocos minutos al tomar contacto con el oxígeno. El deterioro se produce tanto por proceso químicos como electroquímicos, los cuales provocan corrosión. Según Cordero, si la pieza se expusiera a la atmósfera sin el lavado y sellado adecuado, se empieza a “pelar como una cebolla”. El aumento de temperatura comparada con la de la profundidad de las aguas y la incidencia lumínica también acelera el proceso de corrosión. www.inforio.com.uy