La pesca de langostino patagónico en Chubut ha superado las 90 mil toneladas, marcando un récord en la temporada. Sin embargo, a pesar de la abundancia del recurso, los precios internacionales han caído a sus niveles más bajos en años, lo que afecta la rentabilidad del sector. Desde el inicio de la temporada, el 2 de noviembre, la flota langostinera ha encontrado grandes concentraciones del marisco en distintas tallas, lo que refleja la buena salud de la población de langostinos. No obstante, el mercado no acompaña este crecimiento, ya que la oferta global de camarón de cultivo ha saturado los mercados y reducido los precios del Pleoticus muelleri, la especie capturada en Argentina.
Diferencias entre el langostino salvaje y el de cultivo
A diferencia del camarón de cultivo, que se produce en grandes volúmenes con alimentación artificial y tratamientos como antibióticos, el langostino patagónico es un producto 100% natural, capturado en su hábitat sin intervención artificial. Esta característica lo posiciona como un marisco de mayor calidad, especialmente en sus tallas más grandes.Sin embargo, en el mercado, los langostinos de menor tamaño (L3 y L4) compiten con el camarón de cultivo, que se vende a un precio mucho más bajo, lo que afecta la comercialización. En cambio, el langostino L1, de mayor tamaño, sigue siendo un producto premium con consumidores dispuestos a pagar su valor.
Un mercado desafiante
El mercado europeo sigue siendo el principal destino del langostino argentino, especialmente tras la caída del consumo en China. La incorporación de valor agregado en las tallas más pequeñas podría ser una alternativa, pero los costos de producción en Argentina dificultan la competitividad frente a países con costos laborales más bajos. Si bien las capturas récord en Puerto Rawson confirman el buen estado del recurso, la difícil situación del mercado impide que esta temporada sea celebrada como un verdadero éxito.
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