Señor Director y titular de Visión Marítima
Dr. Carlos Olave Castro
De mi mayor consideración y estima
Por intermedio de estas líneas quiero agradecer a Usted y, por intermedio de este portal, al Capitán de Navío Yamandú Flangini, por las expresiones de solidaridad que han manifestado hacia mi persona respecto a la recusación de que fui objeto por parte del Dr. Carlos Mata Prates.
Ya en el ocaso de mi larga vida, creo no merecer el agravio personal que me ha inferido ese letrado, con su absurda recusación, cuando mis críticas no estuvieron referidas a su persona, ni a su condición de docente, sino a su gestión en un tema que tiene particular importancia para nuestro país puesto que refiere a derechos soberanos que debemos delimitar de nuestra plataforma continental.
Creo que, por haber participado, como uno de los negociadores uruguayos, en tratados como el del Río de la Plata y el Estatuto del Río Uruguay,haber sido presidente alterno de la delegación uruguaya a la Conferencia de Derecho del Mar y selecccionado por la Academia de Derecho Internacional de La Haya para dictar un curso de Derecho Marítimo Internacional, a lo que agrego más de un centenar de trabajos publicados sobre temas limítrofes, fluviales y marítimos, tengo la autoridad técnica habilitante para manifestar mi preocupación por la forma en que se ha encarado la delimitación de nuestra P.C. ante la Comisión de Límites de la misma de las Naciones Unidas y para formular los comentarios que considere pertinentes al respecto.
En agosto de 2012, en un artículo publicado en la Revista Naval, recogido luego por ACEUM, manifesté de manera fundada mi discordancia con el planteo uruguayo sobre este tema ante la citada comisión de límites de la ONU, efectuada el 7 de abril de 2009. En ese planteo se optó, por una de las dos opciones que prevé el art. 76 de la Convención de Derecho del Mar,que entendí no era compatible con la soluciones propuestas por Brasil y Argentina en las áreas adyacentes a nuestra P.C. que optaron por la otra opción. Conforme al planteo uruguayo, la P.C.,en esa zona, llegaría hasta las 350 millas marinas, mientras que la de los dos países vecinos alcanzaría una distancia y una superficie menor. Por ese motivo consideré que era improbable que la posición uruguaya pudiera prosperar. En agosto de 2014, en una conferencia de prensa presidida por el ex- canciller Almagro y con la presencia del Ministro de Defensa Nacional Fernández Huidobro, se anunció que el Uruguay había extendido su jurisdicción sobre la P.C. hasta las 350 millas y que el Uruguay era el primer país de América que había alcanzado el éxito en esta materia. Incluso, el portal de la Presidencia se expidió en ese sentido e hizo lo propio el Dr. Mata que, obviamente, había asesorado al Poder Ejecutivo para efectuar esas declaraciones. Luego se aclaró que, en febrero de este año, se iba ratificar por el citado organismo internacional esa solución. Al tomar conocimiento de esa noticia, concluí en el sentido de que mi enfoque sobre el tema estaba equivocado y me alegré por nuestro país que es lo que importa, ya que según lo declarado,se había logrado la definición de los límites de nuestra P.C.
Pero no fue así, para la sorpresa de los especialistas, no era cierto lo declarado, como tampoco fue cierto que en febrero pasado el tema iba a quedar laudado. Ahora, ha trascendido que la Comisión de Límites de la P.C. de la ONU no formularía observaciones al planteo uruguayo en febrero de 2016.
Dios quiera que así sea y que se confirme mi error cuando sostuve lo indicado anteriormente de que nuestra P.C. no iba a alcanzar las 350 millas náuticas porque debía compatibilizar sus límites con el de los dos países vecinos en las zonas adyacentes. Si así sucede, públicamente reconoceré que estaba equivocado y expresaré mi satisfacción por el logro alcanzado. Si, por el contrario, no se concreta lo pronosticado, seguiré manteniendo mi posición crítica, le guste o no al Dr. Mata y destacando la responsabilidad del Poder Ejecutivo, por sus falsas declaraciones y por los numerosos cometidos que le han asignado al titular de la COALEP que, en mi criterio, no le permiten atenderla como se debiera y que no alcanza a los demás miembros de la misma, en particular, al Contra Almirante Burgos y al Capitán de Navío Musso de los cuales tengo un excelente concepto.
Reiterándole mi reconocimiento por su expresión de solidaridad que mucho valoro, hago propicia la oportunidad para saludar al Señor Director con las seguridades de mi mayor consideración y estima.
Dr. Edison González Lapeyre