El jefe negociador europeo del acuerdo Mercosur-Unión Europea, Rupert Schlegelmilch, llegó a Uruguay ayer con un mensaje claro: “La Unión Europea quiere cerrar el acuerdo. Ha sido una carrera de obstáculos, pero estamos en los últimos 100 metros. Se requiere un gran esfuerzo final”. Esas fueron sus palabras en el III Encuentro Empresarial Europeo, “Finanzas sustentables y el Acuerdo Mercosur-UE”, que organizó la delegación de la UE en Uruguay en el Club de Golf ayer. En el mismo, participó también Herman Kamil, director de la Unidad de Gestión de Deuda del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), entre otros ponentes del sector público y privado. El embajador de la UE en Uruguay, Paolo Berizzi, afirmó que en Europa existe consenso sobre los modelos de crecimiento económico a seguir, basados en criterios sociales, digitales y de sustentabilidad. Además, el bloque avanza en las reformas de las instituciones y en la meta de reforzar las relaciones con otros países, como Uruguay. Ayer se reunió con el canciller Omar Paganini y con el jefe negociador uruguayo del acuerdo Mercosur-UE, Alejandro Mernies. Schlegelmilch, quien lleva 10 años al frente de estas negociaciones, reconoció que el camino ha tenido momentos de aceleración y otros de “circunstancias especiales”, pero “estamos cerca de la meta”, sostuvo. En ese marco, apeló a mantener un “diálogo activo” en temas pendientes, que a su entender “son pocos, lo que se requiere es voluntad política”. Posteriormente, en entrevista con El País, Schlegelmilch afirmó que la UE no está de acuerdo con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, de que hay que comenzar a negociar “de cero” el mencionado acuerdo. Tras el fracaso en el intento de cerrar el acuerdo el año pasado, existe un ambiente de baja credibilidad sobre posibles avances reales con el acuerdo, no obstante Schlegelmilch defendió que, en un entorno tan incierto con dos guerras y socios comerciales que “hoy pueden estar y quizás mañana no” (en alusión a China y Rusia), las alianzas entre la UE y el Mercosur, son más necesarias. “La UE no va a decaer en los esfuerzos” (de cerrarlo), acotó. “Las inversiones europeas en Chile se multiplicaron por nueve desde que se firmó el acuerdo UE-Chile”, destacó en su ponencia, aunque sin hacer hincapié en los beneficios que un acuerdo similar traería para el Mercosur, ya que entiende que Uruguay es consciente de ello. Es por eso que consideró que “Uruguay puede desempeñar un papel clave en las negociaciones finales”. El diplomático felicitó a Uruguay por su primera exportación de chips de madera libres de deforestación (realizada a mediados de este mes), cumpliendo con el nuevo Reglamento europeo contra la deforestación. Asimismo destacó el bono soberano asociado a indicadores ambientales (“bono verde”), entre otras iniciativas de Uruguay alineadas con las finanzas sostenibles, el programa InsPyrame UE y los proyectos de movilidad eléctrica. La UE es el primer inversor en Uruguay, responsable del 41% del stock de Inversión Extranjera Directa (IED) y uno de sus socios comerciales más relevantes. Unas 600 empresas europeas están presentes en el país. En 2023, el intercambio comercial de bienes entre la UE y Uruguay ascendió a unos US$ 4.165 millones, y el de servicios fue del orden de los US$ 2.600 millones.