Los dos ciudadano de Tanzania (costa este de África central) que venían en carácter de polizones en el remolcador ‘Carmen S’, llegaron el jueves 21 al puerto de Nueva Palmira y recibieron refugio en Uruguay, tras su pedido de ayuda humanitaria para una nueva vida. De nuestro país -dijeron- solo sabían de los fútbolistas Luis Suárez, Edison Cavani y Diego Forlán. El 29 de marzo el remolcador de empuje zarpó del puerto de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, y al cuarto día de viaje con destino a Uruguay, el 24 de marzo, en pleno océano Atlántico, la tripulación constató la presencia de los dos polizones de Tanzania cuando salieron a cubierta al habérseles terminado las galletitas que tenían como único alimento. Los dos jóvenes venían ocultos en un bote salvavidas, relataron los africanos a EL ECO. El capitán anunció entonces a las autoridades competentes sobre el tema, para que una vez que llegara a su primer destino, Nueva Palmira, tomaran una resolución sobre el futuro de los polizones. Actuó de inmediato Migraciones, el Sedhu (Servicio Ecuménico para la Dignidad Humana) que representa en Uruguay al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur); además de la agencia marítima Schandy, a cargo de la operativa del remolcador en este país, entre otras partes involucradas, como también la prefectura del puerto local. Los africanos Saidi Athumani, de 18 años, y Abuu Juma, de 20 años, al ser consultados por este semanario, en un inglés mezclado con el suajili –su lengua nativa- contaron que hacía tres años que vivían en Sudáfrica, limpiaban “vidrios de automóviles y su hogar era la calle”. Según dijeron, viajaron hasta allí para preservar su seguridad, puesto que “viviendo en Tanzania” fueron “testigos de un homicidio, en el que un hombre apuñaló a otro”; y tras ello, estando “en una cancha de fútbol mirando un partido”, el asesino los “reconoció” y los llamó “con la mano”, huyeron de inmediato, y fue entonces que decidieron “viajar en auto con destino a Sudáfrica”. Pero viviendo en ese país, eran víctimas de “xenofobia”, reiteraron una y otra vez (la xenofobia, es la hostilidad, odio y miedo al extranjero, con manifestaciones que van desde el rechazo más o menos manifiesto, el desprecio y las amenazas, hasta las agresiones y asesinatos). Por ese motivo decidieron “tomar un nuevo destino”. Al enterarse de que en puerto había una embarcación que “tenía como destino las Américas”, no dejaron pasar por alto “la oportunidad de huir”. Por la noche, treparon “por un cabo (cuerda) hasta el remolcador” y se ocultaron “en un bote salvavidas”, llevando consigo unas galletitas y agua para sobrevivir durante el viaje. Pero al cuarto día se quedaron sin provisión y debieron salir a cubierta. El capitán del navío los alimentó y les dio un lugar en un camarote hasta que llegaran a puerto, indicaron. En la tarde del jueves 21 de abril, luego de un mes de viaje, arribaron a la terminal de la Administración Nacional de Puertos de Nueva Palmira (ANP). Los esperaba personal de sanidad, prefectura, y de la agencia marítima Schandy. En principio, fueron hospedados en un hotel de esta ciudad hasta el martes 26, y llevados a Montevideo para tramitar su refugio en este país, si se comprobaba que su relato era real. En caso que hubieran participado de algún hecho delictivo los polizones siempre son devueltos a su lugar de origen.

El remolcador tocó puerto en Nueva Palmira para cambio de bandera. Traía de San Vicente y pasó a una paraguaya, continuando viaje rumbo a Asunción, Paraguay. Otro de los comentarios que los polizones hicieron a EL ECO fue que provenían de hogares muy humildes, y que en Tanzania quedaron sus familias, la madre y un hermano de Saidi, y la madre y dos hermanas de Abuu; los padres de ambos son fallecidos. Saidi, según expresó, nunca concurrió a un colegio, no sabe leer ni escribir, solo lo que memoriza, como por ejemplo el nombre; mientras que Abuu fue cinco años a un colegio. De Uruguay solo sabían que era el país donde vivían los jugadores de fútbol Luis Suárez, Edison Cavani y Diego Forlán, y dijeron ser fanáticos del fútbol. Ahora que tocaron suelo oriental, descubrieron que “la vida es buena acá” por lo que desean afincarse y rehacer sus vidas. Puerto de polizones En los últimos años han sido varios los polizones, todos africanos, y nigerianos en su mayoría, que han llegado a las terminales portuarias de Nueva Palmira, recibiendo prácticamente todos refugio en este país. Han venido incluso hasta cinco en un mismo buque. El último antecedente ocurrió en abril del pasado año, en el que llegó el ciudadano nigeriano Sunny Chukgubuiken, de 28 años, quien declaró que tenía estudios a nivel secundario, que trabajaba en el puerto de Lagos en operativa portuaria, y que la razón por la cual decidió embarcar ilegalmente como polizón fue para encontrar una vida lejos de la guerrilla interna que azota a su país, a causa del grupo extremista Boko Haram. Y agregó que si era regresado a su país, su vida correría peligro por la decisión tomada de huir de Nigeria. Antes que Chukgubuiken, en agosto de 2014 llegaron dos ciudadanos también nigerianos, de 28 y 33 años, que aparentemente no se conocían entre sí, y que en días distintos subieron al buque granelero ‘Atlantis Trade’, ocultándose ambos en la cima de una de las grúas. En ese entonces, tanto el buque como los polizones debieron cumplir un tiempo de cuarentena en la rada de Montevideo antes de llegar a Nueva Palmira, a causa del virus del Ébola. Posteriormente recibieron refugio en Uruguay. (www.elecodigital.com.uy)