Políticas OCDE para la sustentabilidad ambiental en el transporte marítimo

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Publicaciones del organismo internacional por un océano sostenible. El 90% de la carga comercial es transportada por vía marítima, y este medio de transporte es responsable de 30% de las emisiones globales de NOx. La regulación IMO 2020, que reduce el límite de emisiones de sulfuros a 0,5% y que entra en vigor el próximo 1 de enero es una medida en pos de reducir la huella ambiental de la industria y hacerla más sustentable en el largo plazo. Pero, en MundoMaritimo nos preguntamos, ¿será suficiente? El impacto ambiental asociado a la industria del transporte marítimo va más allá de las emisiones de sulfuros, ya que una amplia gama de actividades humanas influye en el bienestar del ecosistema marino. El organismo internacional OCDE cuenta con una serie de publicaciones sobre sustentabilidad ambiental para el océano, cuerpo de agua que cubre dos tercios de la superficie de nuestro planeta. Por lo tanto, la entidad hace énfasis en que son los propios gobiernos los que deben implementar medidas para el uso sustentable del océano y la protección de sus recursos naturales.

Múltiples impactos

Para lograr este efecto, OCDE está apuntando a todos los frentes: ambiental, económico, financiero y social.  “En conjunto tanto con países desarrollados como aquellos en vías de desarrollo, la OCDE apunta a asegurar que todas las sociedades puedan cosechar los beneficios del océano de forma sustentable e inclusiva”, según lee el sitio web de la organización. Temas desde el impacto de las alianzas de líneas navieras, costos de transporte marítimo y flujos comerciales y estrategias de negocios marítimos, entre otros, el organismo enfoca las distintas formas que cada actividad puede aportar a disminuir la huella de carbono, reducir su impacto ambiental y proteger el ecosistema. El más claro ejemplo es la implementación de IMO 2020, que obliga a refaccionar las salas de máquina de los buques para hacerlos compatibles con combustible bajo en sulfuros, o bien aplicar sistemas de depuración abierta o cerrada. A esta medida se suman otras como prohibición de navegar ciertas rutas en temporadas de fríos extremos para no gastar combustible adicional en deshielo; desarrollo de nuevas rutas con la apertura de canales para acortar distancias, entre otras. La pregunta que acecha a la industria es ¿será suficiente? Lamentablemente, los efectos de las medidas ambientales no se pueden medir en el corto plazo. Hacen falta décadas para determinar el verdadero impacto, y en el transcurso de ese tiempo surjen otros problemas que deben ser resueltos en el camino.  El ingreso de la tecnología abre una nueva puerta de opciones para ayudar en esta tarea. Además, el mercado del transporte marítimo está en constante cambio: consolidación de navieras, nuevas rutas comerciales, potencias comerciales que cambian, relaciones internacionales, etc., impactando directamente en la naturaleza del negocio y que repercute en el ecosistema marino. El impacto de la entrada en vigencia de IMO 2020 es un misterio, aun a menos de 6 meses de su implementación. La industria del shipping aún no termina de ponerse al día con las modificaciones a la flota mundial y el océano y su ecosistema dependen de qué tan comprometidos estén los actores para dar cumplimiento a la norma, aún en desmedro de su modelo comercial. Sólo el tiempo lo dirá. Por MundoMaritimo

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