Esta reunión se celebra anualmente en Tasmania desde 1982. Las propuestas actuales buscan crear 4 millones de kilómetros cuadrados de áreas marinas protegidas. Pero al no haber llegado a un acuerdo, la discusión se reanudará hasta el próximo año.
A lo largo de las dos semanas de reunión entre 26 países y la Unión Europea se presentó evidencia de que las áreas de conservación son necesarias para cumplir con la meta de proteger el 30 % de los océanos para 2030 y preservar zonas de alimentación y reproducción de focas, pingüinos y ballenas.
Citada por The Guardian, Emily Grilly, gerente de conservación de la Antártida de WWF, afirmó que “los niveles récord de hielo marino y el catastrófico fracaso de la reproducción de los pingüinos emperador deberían haber sido una señal de alarma para que los países se unieran, priorizaran la conservación y cumplieran su compromiso de establecer [áreas marinas protegidas] con importantes áreas de prohibición de pesca”.
Mientras que para Claire Christian, directora ejecutiva de la Coalición Antártica y del Océano Austral, hay cierto consuelo en que no se revoquen medidas anteriores, sin embargo, también considera que la Comisión podría tomar decisiones ambiciosas. “Parece como si estuviéramos dando un paso adelante y dos pasos atrás en la protección marina de la Antártida”.
Y, por el lado de la ministra de Medio Ambiente australiana, Tanya Plibersek, es decepcionante que la Comisión no llegara aún a un acuerdo, “a pesar del apoyo abrumadoramente mayoritario de muchos miembros”.