Para empezar, digamos fuertemente que el Puerto de Montevideo le debe muchísimo, durante más de un siglo a los caballos y las mulas; sin ellas nada habría sido posible. Antes que se construyeran muelles, durante la construcción y en 1901, en su propia actividad hasta 1947 por efectos de la guerra. En todas las fotos antiguas, contemporáneas y hasta las de preguerra siempre aparece carros, caballos y mulas. Nosotros pertenecemos a la generación, que en Montevideo había muy pocos autos particulares, los taxis se estacionaban en determinadas paradas y hasta allí había que ir a tomarlos, camionetas de reparto casi no existían y el transporte comercial de plaza era accionado en su casi totalidad a tracción animal. Lo valioso a destacar que nos marcó aquella década escolar es que caballos y mulas, fueron actores muy importantes en nuestro tiempo. Los animales estaban fuertemente protegidos por las autoridades pero además la Escuela y nuestra familia nos educaban para ofrecer buen trato a los animales. Como dijimos, las reglamentaciones que controlaban el trato a los animales eran muy duras y se podía ir preso por maltrato a un caballo o una mula. Cuando ingresamos a la crónica marítima y nos metimos en el puerto, lo primero que encontramos fueron grandes cartelones escritos en francés y español sobre las paredes de los depósitos. «Por disposición superior queda absolutamente prohibido en los recintos portuarios cualquier clase de castigo a los animales empleados en el tráfico, así como el uso de ellos en el transporte de cargas desproporcionadas. Existen asimismo varios abrevaderos automáticos para uso de los animales. Se proyecta la instalación de baños utilizando para ese efecto el agua del río. La Oficina de Tráfico tiene orden de atender debidamente cualquier reclamo sobre maltrato a los animales, ya venga el reclamo de las autoridades o de las sociedades protectoras de animales o de simples particulares. Los empleados del puerto han recibido instrucciones especiales de hacer arrestar por la Policía a cualquier persona que maltrate a un animal en el recinto portuario». www.elpais.com.uy