Como había adelantado El País el pasado 4 de agosto, ese dinero irá directamente a las reservas que gestiona el Banco Central (BCU). La histórica asignación de US$ 650.000 millones de dólares en derechos especiales de giro (DEG), el activo de reserva del Fondo Monetario Internacional (FMI), entró en vigor ayer, según confirmó la directora gerente de la institución, Kristalina Georgieva. La distribución de los DEG se realiza en función de la cuota de participación de cada uno de los 190 países miembros del FMI. A Uruguay le corresponden aproximadamente US$ 585 millones, como había adelantado El País el pasado 4 de agosto. Ese dinero va directamente a las reservas que gestiona el Banco Central (BCU). Alrededor de US$ 375.000 millones corresponden a las economías avanzadas y otros US$ 275.000 millones se destinarán a los países emergentes y en desarrollo, de los cuales los países de bajos ingresos recibirán alrededor de US$ 21.000 millones, lo que equivale a un 6% del Producto Interno Bruto (PIB) en algunos casos. La institución internacional ha destacado que los miembros disfrutan de un alto grado de libertad para gestionar los DEG asignados y ha expresado su confianza en que la asignación tenga importantes beneficios macroeconómicos para la economía global y para los países miembros, ya que se trata de un instrumento único que apoya a todos los países miembros del FMI, aumenta las reservas, ayuda a generar confianza y envía una poderosa señal de cooperación frente a la crisis del COVID-19. “Los países pueden utilizar el espacio proporcionado por la asignación de DEG para apoyar sus economías e intensificar su lucha contra la crisis”, señaló Georgieva. En el caso de Uruguay, se prevé que los aproximadamente US$ 585 millones fortalezcan la posición de las reservas (que ya son elevadas), ya que de esa forma el dinero no tiene costo. Si se utiliza (es decir, se gasta) se debe abonar un interés al organismo.
Clave.
“Para maximizar los beneficios de esta asignación, el FMI impulsa la canalización voluntaria de algunos DEG desde países con posiciones externas sólidas hacia otros más necesitados”, afirmó la directora del FMI.
En este sentido, la economista búlgara ha recordado que algunos miembros ya se han comprometido a prestar US$ 24.000 millones, incluidos US$ 15.000 millones de sus DEG existentes, al Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Reducción de la Pobreza del FMI, que ofrece préstamos en condiciones favorables a países de bajos ingresos. “El FMI también está colaborando con sus países miembros sobre la posibilidad de un nuevo Fondo Fiduciario de Resiliencia y Sostenibilidad, que podría utilizar DEG canalizados para ayudar a los países más vulnerables con la transformación estructural, incluso enfrentando desafíos relacionados con el clima”, ha apuntado Georgieva, para quien otra posibilidad podría ser canalizar los DEG para respaldar los préstamos de los bancos multilaterales de desarrollo. La junta de gobernadores del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó el pasado 3 de agosto la asignación de DEG, la primera desde agosto de 2009. El DEG es un activo de reserva internacional creado en 1969 por el FMI para complementar las reservas oficiales de los países miembros y que se puede intercambiar por monedas de libre uso. En marzo de 2016 se habían creado y asignado a los países miembros 204.100 millones en DEG. Su valor se calcula en función de una cesta de cinco monedas (dólar de Estados Unidos, euro, yuan, yen y libra esterlina). (En base a DPA) https://www.elpais.com.uy/