Ancap dice que la pérdida que se registró en el primer trimestre se explica en parte porque la empresa viene pagando sus importaciones de combustibles “a valores por encima del estimado” por la Ursea.’ Ancap registró una pérdida de US$ 48 millones en el primer trimestre del año, impactada por la parada técnica de la refinería de La Teja que se extendió más de lo previsto. Además, defendió el nuevo esquema de fijación de precios de combustibles.’ La parada técnica de la refinería comenzó el pasado 4 de setiembre y se extendió más tiempo del previsto. Durante ese período Ancap tuvo que importar naftas y gasoil para satisfacer la demanda.’ Así pudo comparar el costo de las importaciones reales con las del Precio de Paridad de Importación (PPI) que elabora la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea) en la hipótesis de que estuviera liberada la importación de combustibles y una empresa le compitiera a Ancap. El PPI se utiliza como insumo para fijar el precio de los combustibles al público mes a mes.’ Según los números que exhibió la petrolera estatal en un taller con medios de prensa, las importaciones de naftas y gasoil que realizó Ancap desde el 27 de agosto al 30 de abril, tuvieron un costo de US$ 11,11 millones superior al que surgía del PPI. En resumen, las importaciones “han sido más caras” que el PPI que estima la Ursea, dijeron las autoridades del ente.
Parada técnica
La parada de la refinería sirvió para cambiar tres torres de destilación, el precalentador de aire de horno, la instalación de 17 bombas nuevas, la reconstrucción de la chimenea del incinerador y la adecuación tecnológica del cracking. Si bien la parada de mantenimiento de la refinería comenzó el 4 de setiembre de 2023, hubo problemas ya que 45 días antes debían empezar los trabajos previos, lo que no ocurrió por medidas sindicales. La parada implicó una facturación a contratistas por US$ 72 millones, con 1.200 trabajadores contratados y 438 de Ancap. La petrolera estatal estimó que se importaron 1.630.000 metros cúbicos en productos como gasoil, gasolinas, supergás, propano, fuel y jet A1 para satisfacer la demanda. Según explicó el presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic esto se traduce en 10 millones de barriles de productos ya refinados, cuando el país por año importa 16 millones de barriles de crudo para refinar en La Teja.
Stipanicic entiende que desde la Ursea “hay una subestimación de los volúmenes que se puede ingresar al país” y agregaron que Ancap tiene dificultades para llegar al puerto de Montevideo por el calado. Si bien durante los primeros días de abril de este año se concretó la entrega de unidades a operaciones (excepto cracking) y la refinería comenzó a funcionar, su torre principal sufrió una fisura, por lo que detuvieron las operaciones nuevamente. En mayo de este año, la refinería volvió a cumplir sus funciones con normalidad y se espera que este fin de semana se cargue la última unidad de proceso para completar el total de la capacidad. La parada tuvo una duración real de 276 días, influidos por las tareas previas no realizados, demoras por lluvia, licencia de construcción y otros imprevistos.
Resultados
Entre enero y marzo de 2024, Ancap tuvo un aumento de ingresos operativos netos por US$ 535 millones, un costo de ventas de US$ 525 millones y un gasto por administración y ventas de US$ 50 millones. Eso determinó resultado operativo negativo (pérdidas) por US$ 40 millones. Además, el resultado financiero dio pérdidas (por diferencia cambiaria e intereses) por US$ 11,5 millones. A eso se sumaron los US$ 3,5 millones que la petrolera estatal pagó por el Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas, y se le restaron los US$ 7 millones de ganancias por su participación en empresas vinculadas.
Así el resultado neto del primer trimestre fue de US$ 48 millones.
Las autoridades indicaron que los negocios en competencia tuvieron una ganancia de US$ 9 millones, pero que aun así no llegaron a cubrir las pérdidas del negocio monopólico de US$ 35 millones. El negocio del pórtland volvió a dar pérdidas (se reiteran desde el año 1999), en este trimestre por US$ 5,5 millones. En cuanto a las empresas vinculadas, la Distribuidora Uruguaya de Combustibles S.A. (Ducsa) tuvo ganancias por US$ 11,1 millones en el trimestre (US$ 8 millones red de estaciones Ancap, US$ 0,4 millones lubricantes Ancap y Texaco y US$ 2,7 millones por otros negocios). En cambio, Alcoholes del Uruguay (ALUR) tuvo pérdidas por US$ 3,1 millones, mientras que Cementos del Plata arrojó pérdidas por US$ 0,8 millones.
Supergás subsidiado
Desde 2022 se brinda a hogares de menores recursos un subsidio del supergás (subsidio focalizado), que continúa en aumento ya que se alcanzaron 123.000 hogares a mayo de este año, lo que corresponde a un costo de US$ 9,6 millones durante los últimos cinco meses. Desde la implementación del beneficio, el subsidio que comenzó a cargo del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) llegó a diciembre de 2022 con beneficios de US$ 5,3 millones, mientras que en 2023 costó US$ 17 millones. Sin embargo, el supergás en Uruguay para el público en general también está subsidiado, ya que su precio de venta está por debajo del PPI que estima la Ursea. Este subsidio fue de US$ 34 millones en 2023 y a mayo de este año alcanzó los US$ 14 millones.
ANCAP
El costo de los salarios cayó 10% en cinco años
Otro dato que aportó ayer la petrolera estatal fue la caída de 10% entre 2018 y 2023 en el costo de las remuneraciones que paga el ente a sus empleados. Las mismas pasaron (en términos reales, descontado el efecto inflacionario) de $ 6.057 millones en 2018 (si bien en 2019 habían llegado hasta $ 6.106 millones) a $ 5.465 millones en 2023. Eso se materializó con una reducción de 12% del personal en el período de comparación: de 2.425 funcionarios que había al cierre de 2018 a 2.117 a fin de 2023.
Ancap dice que hizo ahorrar a uruguayos US$ 497 millones
Además, Stipanicic defendió la nueva política de fijación de precios de combustible al público que implementó el actual gobierno. La misma implica que se utiliza el PPI que elabora la Ursea para determinar los precios en surtidor (además de un informe financiero de Ancap), que la variación de los mismos ocurre cada mes y se intenta (si bien en ciertos lapsos el gobierno definió con discrecionalidad) que sigan al PPI. Según Stipanicic con esta metodología se “evita la captura de la renta monopólica” por parte del ente. Los datos que presentó en el taller para periodistas, muestran que entre 2014 y 2020 los uruguayos pagaron un sobreprecio (respecto a lo que indicaba el PPI) de US$ 906 millones. De ellos, US$ 856 millones fueron entre enero de 2014 y diciembre de 2019 y US$ 50 millones -adjudicados al impacto de la pandemia que desplomó los precios del petróleo pero Ancap ya tenía embarques comprados- en 2020. En cambio, remarcó el presidente de Ancap gracias al nuevo sistema de precios, los uruguayos pagaron US$ 497 millones menos que lo que marcaba el PPI entre junio de 2021 y mayo de este año. De acuerdo a las cifras que presentó Ancap, el año que los uruguayos pagaron un mayor sobreprecio por los combustibles fue 2017 con US$ 237 millones, seguido de 2016 con US$ 191 millones y 2015 con US$ 179 millones. En tanto, el año donde los uruguayos se “ahorraron” más (al pagar los combustibles a un precio menor que la paridad de importación) fue 2022 con US$ 236 millones, seguido de 2021 con US$ 159 millones. Según los cálculos del ente, en lo que va de 2024, los uruguayos han pagado US$ 35 millones menos que lo indica el PPI de la Ursea. Todo esto además, teniendo en cuenta que Ancap reclama a la Ursea que el PPI debería ser mayor que el que es y en ese sentido el ente mostró que lo que le costó importar combustibles fue superior. https://www.elpais.com.uy/