La guerra en el mar: el hudimiento del USS Jacob Jones

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 El Destructor USS “Jacob Jones” (DD-61) carga la triste distinción de ser el primer buque de guerra de la Armada de EEUU hundido en la Primera Guerra Mundial.  Irónicamente, muchos de sus valientes sobrevivientes deben sus vidas al Capitán del submarino alemán U-53, que disparó el torpedo que lo hundió. Menos de un mes después que EEUU le declarara la Guerra a Alemania el 6 de abril de 1917 un Escuadrón integrado por los destructores Cassin (DD-29), Fanning (DD-37), Benham (DD-49), Tucker (DD-57), Conyngham (DD-58) y Jacob Jones (DD-61); y el tender Melville (AD-2) cruzaron el Océano Atlántico y entraron en el Mar de Irlanda (o Mar Celta), puerta marítima de Francia y Gran Bretaña, arribando al puerto de Queenstown (hoy Cobh), en el extremo sur de Irlanda.  El DD-61 estaba al comando del Capitán de Corbeta David Worth Bagley. Fueron los primeros destructores de un total de 47 que se unirían a la Armada Real Británica para proteger el tráfico marítimo mercante aliado de los ataques submarinos.  En Queenstown el escuadrón fue integrado a su contraparte británica, afectando los destructores a patrulla y escolta de convoyes en el Mar de Irlanda y a rescates ocasionales de los sobrevivientes de buques hundidos.  Los estadounidenses aprendieron los primeros fundamentos de la guerra antisubmarina, se entrenaron e innovaron armamentos, preparándose para la nueva forma de combate, bajo la conducción del Almirante británico Sir Lewis Bayly, Comandante del Frente Marítimo Irlanda Occidental y Comandante de las Fuerzas Navales Aliadas Combinadas en ese teatro de operaciones. Durante los 18 meses previos estos buques habían operado en todo tipo de mares y condiciones meteorológicas, entrenando contra blancos de superficie, pero para detectar un submarino no tenían más instrumentos que los ojos de sus vigías. Y cuando detectaban uno solo podían atacarlo con sus cañones para hundirlo. El USS “Jacob Jones” fue el quinto buque de la clase Tucker, construido en el Astillero Naval de Camden, New Jersey, fue botado el 29 de mayo 1915, entrando en servicio el 10 de febrero de 1916.  Con un desplazamiento de 1.224 toneladas a plena carga, tenía una eslora de 96,10 metros, 9,30 de manga y 2,95 de calado.  La propulsión era con cuatro calderas Yarrow alimentando dos turbinas Curtis que podían brindar 17.000 HP sobre dos ejes, para alcanzar una velocidad máxima de 30 nudos.  Embarcaba una dotación de 7 oficiales y 103 tripulantes.  La batería principal consistía en cuatro cañones de 4 pulgadas, más ocho tubos lanzatorpedos de 21”.  El diseño original de la clase Tucker preveía un dispositivo de lanzamiento de hasta 36 minas flotantes, que en Gran Bretaña fue sustituido por el sistema lanzador de cargas de profundidad.

El submarino SM U-53, tercera unidad de la Clase 51, fue construido en el astillero Germania Wertf de Kiel.  Botado el 1 de febrero de 1916 entró en servicio el 22 de abril de ese año. Con un desplazamiento de 715 toneladas en superficie y 902 en inmersión, tenía una eslora de 65,20 metros, 6,44 de diámetro y 3,64 de vela, con una capacidad máxima de inmersión de 50 metros.  Se propulsaba en superficie con dos motores diésel, 2.400 HP, velocidad máxima 17 nudos, y en inmersión con dos motores eléctricos, 1.200 HP, velocidad máxima 9 nudos.  Estaba armado con cuatro tubos lanzatorpedos de 450 mm, dos a proa y dos a popa, un cañón fijo de 105 mm en cubierta, y dos ametralladoras desmontables de 17 mm.  Con una dotación de 4 oficiales y 32 tripulantes, estuvo al comando del Capitán de Corbeta Hans Rose desde su entrada en servicio hasta el 17 de agosto de 1918, y del Teniente de Navío Otto von Schrader desde esa fecha hasta el fin de la guerra.   En setiembre de 1916 estableció área de patrulla frente a las costas de Canadá, siendo el primer submarino alemán en cruzar el Atlántico Norte, aunque lamentablemente no fue el último, sino que ofició de ejemplo a otros audaces capitanes germanos.  A la rendición de Alemania, el 1 de diciembre de 1918 fue ordenado entregarse en Scapa Flow, Gran Bretaña, donde permaneció hasta agosto de 1922, cuando fue entregado de Gales, para su desguace.  En octubre de 1916 la Primera Guerra Mundial llevaba ya dos años de combates en suelo europeo y en los mares del mundo. Pero EEUU era aún un país neutral, y en sus puertos recalaban buques de todas banderas, incluidos los países beligrantes.  El 7 de octubre de 1916 ingres a Newport, Rhode Island, el submarino alemán SM U-53, al mando del Capitán de Corbeta Hans Rose. El objetivo de la recalada era cargar combustible, agua y alimentos, operación previamente coordinada por el Agregado Naval de Alemania en EEUU, y la estadía en puerto se limitó a menos de tres horas, el tiempo justo y necesario para repostar. Como anfitriones (y agentes de inteligencia, porque la posible entrada en guerra ya se olía en el aire) del Capitán Rose fueron designados el Capitán de Corbeta David Bagley y el Teniente de Navío Norman Scott, Comandante y Oficial Ejecutivo del USS “Jacob Jones”, entonces surto en puerto. Años más tarde, el ya Almirante (R) David Bagley narró en sus memorias que el trato con el capitán alemán fue grato, evidenciándose que se trataba de un verdadero profesional del mar, dotado de una cultura general muy amplia, y que dominaba fluidamente el idioma inglés. Ninguno de ellos sospechó en esas pocas horas compartidas que su próximo encuentro sería en el mar y como enemigos enfrentados.  Cabe especular si acaso esa conversación de Newport influyó en la posterior decisión que tomó del Capitán Rose después de la batalla. En los primeros días de diciembre de 1917 el “Jacob Jones” integró la escolta de seis destructores de un convoy de tropas trasladadas desde Irlanda al puerto francés de Brest.  Cumplida la misión, los escoltas regresaron a Queenstown procediendo de manera independiente, siendo el DD-61 el último en zarpar.´ En ruta, el Capitán Bagley aprovechó para reforzar algunos adiestramientos, hizo un ejercicio de artillería y al legar a proximidades de las Islas Scilly, el 6 de diciembre de 1917, pasó a una navegación de patrulla normal.  En esas circunstancias, fue avistado por el submarino alemán SM U-53, al acecho en la posición 49º23’N – 13º00’W. Como el blanco se acercaba, lo único que tuvo que hace el Capitán Rose fue sumergirse a profundidad de periscopio y esperar el momento adecuado para el disparo. A las 16.21 horas Rose disparó un solo torpedo desde 1.050 yardas de distancia, y se sumergió a 60 pies, esperando 32 segundos antes de sentir el sonido de la explosión. De inmediato, ordenó un cambio de rumbo para alejarse del lugar en una primera pierna de la maniobra de escape. En el “Jacob Jones” el oficial de guardia de puente divisó la estela del torpedo; e inmediato ordenó timón todo a babor y velocidad máxima de emergencia, pero la maniobra fue tardía, porque el torpedo impactó sobre la aleta de estribor, entre tres y cuatro pies debajo de la línea de flotación, en un tanque de combustible ubicado entre las salas de máquinas principal y auxiliar.  El boquete produjo la inundación inmediata de ambas salas. El personal de guardia alcanzó a abrir las válvulas de emergencia para liberar todo el vapor, pero el barco quedó inerte en las aguas, sin propulsión, sin energía eléctrica, e imposibilitado de informar lo ocurrido ni enviar una señal de socorro. Simultáneamente, el rebufo de la explosión atravesó las cubierta, derribó el mesana y todas las antenas, arranco uno de los botes salvavidas, alcanzó los tubos de torpedos y uno de ellos detonó agravando los daños. Pero al mismo tiempo, el agua inundó la santabárbara de popa, impidiendo una voladura catastrófica. 

A las 16.29, 8 minutos después del impacto, la inundación de la popa no podía ser contenida, y el trimado del buque entró en un ángulo peligroso.  El Capitán Bagley entendió que el DD-61 estaba perdido, y que permanecería poco tiempo sobre la superficie, por lo que ordenó el abandono inmediato, haciendo bajar a las aguas los botes y las balsas salvavidas.  Rápidamente la popa desapareció bajo la superficie, la proa se levantó a una posición casi vertical y el “Jacob Jones” se hundió, no sin antes explotar con un último suspiro a través de la chimenea más a proa.  Pero para la dotación sobreviviente del DD-61 la tragedia no había terminado, porque en la rampa de popa habían quedado cuatro cargas de profundidad con sus pistoletes armados, que al alcanzar la cota graduada detonaron, matando a todos los hombres que flotaban en las proximidades.   Entretanto, desde el único bote disponible, el Capitán Bagley buscó reunir todas las balsas y los náufragos.  En los hechos, además del bote, solo había tres balsas tripuladas y el panorama de las pérdidas parecía muy sombrío.  Después de juntarlas, el bote comenzó a recorrer el área, buscando tripulantes aún vivos entre los cuerpos que flotaban por doquier, mayormente muertos por las ondas de concusión derivadas de la detonación de las cargas de profundidad.

 Una vez reunidas las balsas, el Capitán Bagley las dejó a cargo del Segundo Comandante, Teniente Norman Scott, y en el bote, con cuatro marineros para remar (el motor había quedado fuera de servicio tras la explosión en cubierta), puso proa a las islas Scilly, situadas unas 40 millas al norte, para buscar ayuda. Pero antes, dejó en las balsas todos los alimentos, agua y botiquines del bote.  Tras 20 horas de travesía remando en mar gruesa, sobre las 13.00 del 7 de diciembre de 1917, fueron encontrados por un pesquero británico.  Al momento del rescate, el Capitán Bagley supo que dos balsas habían sido rescatadas la tarde anterior por el HMS “Camellia”, mientras que la restante, que se había desprendido de las otras, fue encontrada por el vapor estadounidense “Catalina” en la madrugada siguiente. Lamentablemente, en esta balsa el frío y la exposición a los elementos habían cobrado su cuota, con varios muertos por hipotermia.  También supo el Capitán Bagley que la operación de búsqueda y rescate se había iniciado en la tarde anterior, cuando sobre las 17.15 horas la estación terrestre de Land’s End recibió un mensaje del SM U-53 informando del hundimiento y de la existencia de náufragos en las aguas.  En conocimiento del hecho, los británicos enviaron al HMS “Camellia”, al tiempo que alertaron a todos los buques presentes en la zona.  Este gesto caballeresco del Capitán de Corbeta Hans Rose, que puso en riesgo su propio buque al revelar su posición aproximada, permitió que el número de víctimas mortales del combate fuera menor. Los 63 sobrevivientes del DD-61 fueron alojados a bordo del USS “Melville” (AD-2) para atención médica y para que una Junta Investigadora determinara responsabilidades en la pérdida del buque. En enero de 1918 el Almirante William Sims, Comandante de las Fuerzas Navales de EEUU en Europa, firmó la cancelación de las investigaciones, cuyo dictamen determinó que el “Jacob Jones” fue perdido en una acción de guerra, que el comportamiento del Capitán de Corbeta David Bagley había sido ajustado a procedimientos, eficiencia, buen juicio profesional, coraje y comportamiento ético, antes, durante y después del siniestro. El Capitán de Corbeta David Bagley y el Teniente de Navío Norman Scott continuaron sus carreras navales en destructores. Antes del fin de la guerra ambos comandaron juntos otro buque, y luego de la contienda lo hicieron también por separado. David W. Bagley (1883- 1960) comandó una división y un escuadrón de destructores, y finalizó su carrera de mar con el comando del crucero “Pensacola” (CA-24).  Al inicio de la Segunda Guerra Mundial se desempeñaba como Comandante del 2º Escuadrón de Acorazados, y en enero de 1942 fue designado Comandante de la Frontera Marítima Occidental, con sede en Hawaii. En febrero de 1945 fue transferido al Comando de Operaciones Navales, para organizar y fundar el Colegio Interamericano de Defensa. Alcanzó la jerarquía de Vicealmirante al momento de su retiro en 1947. Norman Scott (1889-1942) también comandó destructores, una división y un escuadrón, así como el acorazado USS “New York” (BB-34).  La Segunda Guerra Mundial lo encontró con el grado de Contralmirante, Comandante del 8º Escuadrón de Cruceros y Destructores. El 13 de noviembre de 1942, durante la batalla de Guadalcanal, encontró la muerte cuando su buque insignia, el USS “Atlanta” (CL-51) resultó torpedeado y hundido.  Hans Rose (1885-1969), como muchos oficiales alemanes, fue desmovilizado al término de la guerra, dedicándose a la industria naval privada como un brillante ingeniero industrial.  Al inicio de la Segunda Guerra Mundial fue convocado a servicio y como Capitán de Fragata comandó la 1º Unidad de Adiestramiento de Submarinos, hasta noviembre de 1940, cuando fue devuelto a la actividad industrial naval, en la que continuó después de la guerra. En febrero de 1942 un nuevo destructor, el DD-130, recibiría el nombre de “Jacob Jones”, pero tendría la misma suerte que su antecesor.  Fue hundido por el submarino alemán “U-578”.  Como era el tercer “Jacob Jones” perdido en combate (el primero en 1847), se decidió que ningún otro buque de la Armada llevara ese nombre.  Del muro de Facebook de  C/N  (R) Francisco Valiñas

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