Por Cary de los Santos Guibert.
En el invierno de 1928 las poblaciones costeras se hallaban inundadas por la creciente del río Uruguay. Las operaciones de carga y descarga de mercaderías se realizaban en el arroyo Sauzal, y los vecinos del Salto, en esa época le decían el riacho. El 27 de junio de ese año, en horas de la noche desembarcaron en la Estación del Noroeste del Uruguay, los pasajeros del vapor «Gral. Artigas». La creciente del río Uruguay de 1928, duró varios meses. Luego la bajante de las aguas del río, permitió continuar con las obras de construcción del puerto, muelles y dársenas por la afamada empresa alemana, causando un gran júbilo en los vecinos del Salto Oriental.
CRÓNICAS
El diario salteño «Crónica» en su edición del 2 de agosto de 1928, decía:
«Como el río ha bajado al punto de dejar al descubierto una gran parte de las obras del puerto, éstas han sido reiniciadas con alguna actividad. Tanto para los contratistas como para los obreros la reanudación de la labor es motivo de general satisfacción, pues como se sabe han estado cruzados de brazos más de tres meses debido a la creciente del río.»
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