Hacia la sostenibilidad de las piscifactorías europeas

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¿Cómo garantizar prácticas piscícolas más respetuosas con el medio ambiente?. Para responder a esta pregunta varios científicos han levantado un laboratorio móvil químico en una reserva natural en el centro de Hungría. La reserva comparte ecosistema con una granja de carpas cercana. Los científicos quieren saber si la actividad de la piscifactoría está afectando a la biodiversidad y cómo lo está haciendo. Los peces salvajes son capturados, identificados, contabilizados y finalmente liberados. Árpás Ferincz es biólogo de la Universidad Szenst István y detalla que «estamos investigando la fauna de peces naturales y la calidad del agua en las entradas y salidas de los estanques de peces de la piscifactoría. Estamos comparando los resultados que obtenemos. Nuestro trabajo nos ayudará a establecer cómo estos estanques piscícolas y su manejo afectan a la comunidad de peces salvajes y a la biodiversidad del agua de la reserva». Las muestras se toman de diferentes puntos para tener una fotografía clara de cómo el agua utilizada en las actividades de acuicultura, habitualmente rica en nutrientes, afectan a los flujos de la reserva. Se hace con un equipo que «nos permite medir parámetros como la temperatura, conductividad y saturación de oxígeno en el agua» y después se utliza un dispositivo móvil químico «para comprobar los niveles de nitrato, nitrito, fosfato y amonio también en el agua», según explica Lilianna Pap, bióloga marina también de la Universidad Szenst István.

Los datos se comparten luego dentro de ‘Tapas’, un proyecto de investigación europeo dirigido a incrementar la sostenibilidad de la acuicultura. Siete regiones piscícolas tanto de agua dulce como de agua salada están siendo monitorizadas en Europa, incluidas granjas de salmón en los fiordos noruegos. El objetivo, según la bióloga Trine Dale, es «desarrollar modelos que puedan mostrar cómo cualquier sustancia que salga de una granja, tanto restos orgánicos de los peces como medicinas animales, se extiende por la zona. Y esto es importante cuando se va a monitorizar por ejemplo el impacto medioambiental, para saber dónde ubicar las granjas y para ver si tiene o no tiene impacto». La acuicultura es el sector más rápido de producción de comida del mundo, según los investigadores, por lo que es necesario consolidar su eficiencia y su sostenibilidad. Trevor Telfer es biólogo de la Universidad de Stirling, trabaja dentro del proyecto ‘Tapas’ y está examinando «herramientas muy científicas, que están basadas en métodos informáticos muy complicados», además de estudiar «el impacto medioambiental y la capacidad de carga, que es hasta donde puede llegar la acuicultura en una zona sin dañar el medio ambiente». El 70% del pescado de piscifactoría que se consume en Europa es importado. Robert Szabó es un criador húngaro de carpas y cree que este enorme mercado potencial necesitará prácticas sostenibles para poder desarrollarse pero está tranquilo porque «los científicos han confirmado que la acuicultura en estos estanques es respetuosa con el medio ambiente. El agua que sale es muy similar en su composición a la que entra. Ese es claramente el camino a seguir». Los investigadores esperan que su trabajo prepare nuevas estrategias para un crecimiento del 25% de acuicultura sostenible en Europa para 2020. http://es.euronews.com

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