Tras haber sido interrumpida su votación (horas después de que la Comisión de Relaciones Internacionales lo aprobara por unanimidad) el 8 de junio pasado, por parte del senador oficialista-habitualmente dedicado a las temáticas de Defensa y Seguridad- Gustavo Penadés, para reconsiderar varios aspectos y convocar a algunos ministros para profundizar en los mismos, finalmente la Cámara Alta del Uruguay aprobó el acuerdo de defensa con China, cuyas primeras consideraciones se comenzaron a trazar en 2017, durante una visita del ex presidente Tabaré Vázquez a Beijing, y cuyo texto fue enviado al Parlamento en 2019.
El documento fue aprobado unánimemente por la oposición de izquierda, que, pese a sus grandes dudas en relación a la procedencia de seleccionar de forma sumaria la compra directa dos navíos OPV chinos para la Armada de Uruguay, no cuestiona a fondo la adquisición posible por afinidad hacia China, mientras, dentro del oficialismo, mayoritariamente favorable al convenio , hubo voces más y menos favorables. Entre las más inclinadas al mismo, el grupo del ministro de Defensa ,Javier García, aunque su principal vocero, el senador Sebastián da Silva, destacó que el acuerdo provino de la administración anterior. Se cuestiona la oportunidad de esta ratificación debido al actual complejo panorama y momento político internacional en el cual la proximidad con China no parece lo más habitual para naciones, como Uruguay, que han proclamado reiterada y Últimamente su pertenencia al mundo Occidental y estando una importantísima compra militar en curso de definición y fuertemente contestada por otros aspirantes.. La llegada de vehículos blindados de procedencia estadounidense que serían donados por el Comando Sur de los Estados Unidos se ha ralentizado e indefinido luego que voceros de este país manifestasen directa e indirectamente su preocupación por el acercamiento creciente chino-uruguayo, especialmente en el ámbito militar, ya que también se ha intentado colocar en la Fuerza Aérea (hoy con gravísimas carencias de flota) el caza L-15. Del otro lado, tampoco Estados Unidos ha demostrado demasiada proactividad, tras el cambio de gobierno, en 2020, por asistir a estos niveles al gobierno local, teóricamente nuevamente simpático a la visión de Washington. (Javier Bonilla) https://www.defensa.com/