FEDERACIÓN, Entre Ríos. Tantos kilómetros cuadrados de lago, tanto embalse, y no hay gente pescando. Parece muy extraño. La temperatura por demás primaveral invita a pescar y bañarse, más allá del fabuloso complejo termal de la ciudad de las azaleas. Sin embargo, ni pescadores ni bañistas se observan desde la costanera y me alcanzan los dedos de una mano para contarlos. ¿Por qué? En la apícola “Cepida” ubicada en Pueblo Viejo, encontramos alguna respuesta a nuestra inquietud. Como informó oportunamente EL TELEGRAFO, hace cuestión de un mes se registró una importante mortandad de peces en el bajo río Uruguay, por lo que la Comisión Administradora del Río Uruguay tuvo que meterse al agua, recoger muestras y solicitar estudios científicos ictiopatológicos a la facultad de Veterinaria; días después los directores de la Dinama, Ing. Q. Alejandro Nario, como de la Secretaría de Medio Ambiente, Agua y Cambio Climático, Ing. Carlos Colacce, aseveraron a EL TELEGRAFO no saber nada sobre este suceso. Existe preocupación entre los pescadores de esta ciudad entrerriana a orillas del embalse Salto Grande, por la continua mortandad de peces que se observa desde hace varias semanas. La información que pudo recoger EL TELEGRAFO en esta ciudad indica que cuando creció el nivel del lago de la represa –aproximadamente unos 15 a 20 días atrás–, se empezó a registrar y observarse los peces muertos en las orillas, de diferentes especies y tamaños, como bogas, tarariras, armados, y hasta algunos ejemplares de surubí de 50 kilogramos que causó alarma. Los pescadores, muchos de ellos también apicultores, creen que una de las causas principales –pero no la única, ya que pueden coexistir varias que son letales para la vida de los peces–, es el continuo lavado de los llamados mosquitos (tractores fumigadores) en los arroyos y cañadas que desembocan en el embalse y que con las crecidas, el arrastre de esos agroquímicos llega al río Uruguay. También se encontraron peces muertos en Colonia Ensanche Sauce y en Santa Ana al norte del embalse y de Federación. La Comisión Administradora del Río Uruguay recogió muestras y tras los análisis realizados determinó que se debió a “infecciones bacterianas, virales y fúngicas favorecida por la baja de defensas ocasionada por el frío” y que fue de escasa magnitud la mortandad, como ya se publicó. Sin embargo, cabe recordar que de acuerdo a estudios científicos no solo la temperatura influye en la sensibilidad de los peces a sustancias químicas, sino que la exposición a dichas sustancias también afecta su intolerancia a los cambios de temperatura. Según el informe oficial de la CARU los ejemplares muertos comprendieron diferentes especies como sábalo, boga, palometa, dientudo, surubí, vieja del agua, tararira, entre otras y “la cantidad de ejemplares observados por ambas Prefecturas como así también por denunciantes por sitio fue inferior a 50; por consiguiente la mortandad observada es considerada de baja magnitud” para la comisión internacional. “Las Prefecturas, siguiendo los lineamientos del Procedimiento de actuación frente a episodios de mortandad de peces de CARU, relevaron los sitios por tierra y agua, recolectando ejemplares de sábalos y bogas, los cuales fueron remitidos para análisis ictiopatológicos al Instituto de Investigaciones Pesqueras de la facultad de Veterinaria de la UdelaR. Los informes ictiopatológicos indicaron que los ejemplares presentaron hemorragias cutáneas en diferentes zonas del cuerpo vinculadas a infecciones bacterianas oportunistas, así como la presencia de hongos y algunos parásitos cuya aparición es propia en peces con sistema inmune deprimido”, indica el informe de CARU. En tanto en la web de la Dinara no hay mención alguna al suceso, así como tampoco alertas del Ministerio de Salud Pública al día de hoy, por posibles riesgos en el consumo de pescado de río. www.eltelegrafo.com