La crisis en Argentina hace que los comerciantes de Maldonado se preocupen y esperen con ansias el desembarco de los turistas. El departamento de Maldonado, especialmente la zona de Punta del Este, se encuentra listo para la llegada de los turistas de cara al verano que acaba de comenzar. Pero comerciantes, habitantes y veraneantes miran con preocupación el efecto que podrían tener las medidas anunciadas por el nuevo presidente argentino, Alberto Fernández, que aplicará un recargo del 30% a las compras hechas con tarjeta de crédito en el exterior. “Estamos muy preocupados, pensamos que esta temporada será igual o peor que la del año pasado”, aseguró Ruben, chofer de Uber que trabaja en Maldonado desde hace dos temporadas. Según él, el trabajo en la zona mermó respecto a diciembre de 2018. “Hubo menos casamientos de brasileños y la gente está saliendo menos por lo que nuestro trabajo bajó”, señaló. A lo largo de las playas Mansa y la Brava, los paradores ya se encuentran funcionando con normalidad y han comenzado con sus actividades habituales mientras los turistas comienzan a llegar de a poco. Durante los días de sol que regaló el mes de diciembre las playas tuvieron bastante concurrencia, aunque una de las tónicas ha sido que las tardes han sido ventosas, lo que baja la temperatura. Las escuelas de surf de la Brava ya trabajan con clases durante todo el día. Juan, responsable de Escuela de Surf La Olla, comentó que los alumnos de diferentes nacionalidades ya se están acercando a la academia de surf y que miran la situación argentina con preocupación. Consultado por El País, señaló que el último verano se sintió la crisis económica que viene aquejando al vecino país y que probablemente la temporada de verano 2020 sea similar.
Desde el puerto.
En el Puerto de Punta del Este, hay novedades desde el ingreso: el pasado jueves fueron inauguradas las nuevas obras del recinto y a partir de este verano habrá una zona de estacionamiento tarifado en el lugar.En el mismo puerto se puede acceder a los puestos de pesca artesanal donde abundan la brótola, pescadilla y corvina recién traídas del mar. Sabrina, propietaria de uno de los puestos, señaló que, además de luchar contra el factor climático, este año los lobos marinos han sido uno de los grandes enemigos de la pesca artesanal: “Se comen lo que estamos pescando y destrozan las herramientas”. Además, Sabrina mira con preocupación la temporada: “Nosotros trabajamos todo el año y los fines de semana venimos trabajando muy bien, pero no sabemos qué va pasar si no llegan los turistas”. Pasando las pescaderías, distintas embarcaciones ofrecen paseos a Isla Gorriti e Isla de Lobos. Desde hace algunos meses el cruce a Gorriti está suspendido debido a que hubo que construir nuevamente el muelle de acceso, pero fue reinaugurado hace unos días. La travesía cuesta $350. En tanto, para los más osados o curiosos, durante todo diciembre se realiza el cruce a la Isla de Lobos con la posibilidad de bañarse cerca de los animales. “Estamos saliendo con grupos de ocho o nueve personas, no importa a cuántos lleguemos. Hay muchas personas que se acercan específicamente para hacer este paseo”, contó el encargado del local, quien aclaró que los precios se mantienen desde el año pasado con un costo de US$50. Tanto el paseo a Isla de Lobos como Isla Gorriti está sujeto a las condiciones meterológicas, por lo que muchos están pendientes de cómo se comportará el clima este verano. Otra de las novedades es que se ven varios yates y lanchas con carteles de alquiler. Al igual que sucede en otras partes del mundo, ahora, acercarse al puerto basta para rentar un paseo y disfrutar de la costa de una manera diferente entre amigos o con la familia.
Entre amarras y cruceros.
Carlos Ferreira, jefe del Puerto de Punta del Este, dijo a El País que actualmente el 70% de las amarras están ocupadas –lo que se traduce en unas 350 embarcaciones– y que los sitios que aún quedan libres se irán completando con el correr de los días en función de que se mantenga el buen tiempo. “Esperábamos que el pasado fin de semana llegaran más embarcaciones pero el mal tiempo no lo permitió”, indicó. Según el jefe de puerto, en los próximos días la cifra llegará a un 80% o 90% de las amarras, lo que eleva el número a 460 embarcaciones.“ Alrededor de la mitad son argentinos y la otra mitad son uruguayos; hay muy pocos brasileños o extrarregionales”, apuntó. Por otro lado, Ferreira explicó que gracias a las nuevas obras del puerto hay lugar disponible para guardar más de 300 embarcaciones. Respecto a los cruceros, ya recalaron en el puerto 12 naves que desembarcaron a más de 25 mil personas en Punta del Este. Hoy, recalarán tres cruceros más y seguirán llegando hasta el próximo 5 de abril de 2020.
La barra.
Con un estilo más descontracturado que la cada vez más edificada península, la Barra de Maldonado aún tiene locales sin ocupar o en obra. Al tiempo que los recursos de la zona han mejorado con la instalación de minimercados de las grandes superficies y nuevas obras edilicias. Además, el pasaje de los funcionarios de DGI previo al arranque de la temporada dejó marcó la clausura de cerca una decena de locales. En tanto, hacia Manantiales, las construcciones de los nuevos edificios se han convertido en parte del paisaje, señal de que la urbanización avanza cada vez más hacia el este de la costa de Maldonado. https://www.elpais.com.uy/