El Baltic Dry Index ha caído un 17% en las últimas dos semanas.-El Baltic Dry Index, un indicador poco conocido que refleja la evolución del costo del transporte marítimo de productos, se ha sumado a la lista de señales que avisan de una desaceleración del comercio mundial. -El indicador, que elabora desde 1985 el Baltic Exchange, ha caído un 17% en las últimas dos semanas, añadiendo motivos de preocupación a los analistas.-El Baltic Dry Index, que toma como referencia el transporte de productos sólidos a granel, se considera un indicador adelantado de la actividad comercial, ya que los precios de los fletes guardan relación con la demanda de capacidad en los buques mercantes. A menor demanda, precios más bajos.Este indicador, que estaba en 1.222 puntos el 5 de agosto, cerró la semana pasada en 1.014, muy lejos de los 1.484 puntos que alcanzó en noviembre de 2014, aunque hay que recordar que llegó a bajar hasta los 509 puntos en febrero este año. LLUEVE SOBRE MOJADO.- El problema, según los analistas, es que llueve sobre mojado. El World Trade Monitor, que publica el instituto de estudios holandés CPB y que ofrece datos más recientes que la Organización Mundial del Comercio (OMC), muestra que el comercio mundial descendió un 1,2 % en mayo respecto a abril, mes en el que había caído un 0,2 %.Los últimos datos de la OMC, publicados en junio y referidos al primer trimestre, ya alertaban del enfriamiento del comercio mundial, que creció entre enero y marzo tan sólo un 0,7 %, un ritmo menor al del trimestre anterior.–Las exportaciones aumentaron un 0,4 %, frente al 2,1 % del cuarto trimestre de 2014, y las exportaciones lo hicieron un 0,9 %, por debajo del 1,5 % registrado en el periodo octubre-diciembre de 2La evolución del comercio exterior chino es también elocuente: en los siete primeros meses los intercambios comerciales con el exterior se redujeron un 7,3 %.-Algunos analistas consideran que la devaluación del yuan es, precisamente, una respuesta del Gobierno chino a la desaceleración del comercio mundial.-Puesto que los intercambios globales son menores, China quiere una parte mayor del pastel y eso pasa por recuperar la competitividad perdida, sobre todo en un momento en el que la actividad económica renquea.-Una muestra reciente es que la actividad del sector manufacturero chino ha sufrido en agosto la mayor contracción en seis años.
A China le pasa factura también la falta de vigor de la Unión Europea (UE) -su principal socio comercial-, que no termina de despegar y que se ha visto sacudida esta semana por la dimisión del primer ministro griego, Alexis Tsipras, y la convocatoria de nuevas elecciones.-Pero, además, en un efecto dominó, el frenazo de las importaciones chinas -que cayeron el 14,6 % en los siete primeros meses- está perjudicando a las economías emergentes, en especial a las latinoamericanas, que habían basado su crecimiento en la venta de materias primas al gigante asiático.-Los países emergentes han sufrido otros dos impactos: la sensible caída de los precios de las materias primas, sobre todo del petróleo, y la salida acelerada del dinero que se había refugiado en ellos durante la crisis, que vuelve a EE.UU. ante una previsible subida de los tipos de interés.
Sin embargo, puede darse la paradoja de que el debilitamiento de la economía mundial y el riesgo de contagio a EE.UU. lleven a la Reserva Federal a retrasar la subida del precio del dinero.-En este contexto, las bolsas mundiales cerraron la semana con pérdidas acusadas y con la sensación de que la situación no es tan sólida como parecía. La crisis que emergió en 2008 con la quiebra de Lehman Brothers se resiste a desaparecer y ya ha dado muestras en otras ocasiones de su capacidad para mutar.– (Marítimo Portuario- Chile)