El Instituto Español de Oceanografía logra que por primera vez el cotizado atún rojo se reproduzca en cautividad. ‘Pepe’ fue el primero y vivió 4 meses. La primera ‘camada’ superviviente cumple un año.- Les causaba tanta gracia aquel pez plateado que brillaba dentro del estanque que de tanto visitarlo acabaron bautizándolo cariñosamente Pepe. Mucho tuvo que ver el padre de María y Lucía, el biólogo marino, en aquella improvisada amistad entre las niñas y el juguetón túnido de cuatro meses. Pepe era la prueba viva, extraordinaria, de un sueño científico que parecía inalcanzable: que un atún rojo, uno de los animales más rápidos y poderosos de la Tierra, provisto de una carne por la que se ha llegado a pagar 6.000 euros el kilo, viniera al mundo lejos del ancho océano. Y en cautividad. Es un hito mundial. Y por lo que cuenta Aurelio Ortega, un parto que resultó ser más difícil de lo esperado. Diez años de experimentos. Millones de huevos descartados. «Estamos acostumbrados a criar rodaballo, lubina, trucha, salmón… Pero el atún rojo, por su tamaño y naturaleza, es muchísimo más complicado. Es un pez sin fronteras, acostumbrado a hacer lo que le da la gana y, fuera de su medio, muy sensible. El 98% de las larvas fracasa, se muere», detalla el biólogo. Por eso miden hasta la más mínima oscilación de la temperatura del agua, que ha de estar entre 22 y 26 grados. Pepe no llegaría a alcanzar la juventud pero a cambio enseñó el rumbo que habría de conducir a la primera camada de atún rojo nacida en cautividad. Y hoy ya son 140 los pepes que siguen creciendo a buen ritmo en un estanque con agua marina de 10 metros de profundidad y 20 de diámetro, situado en la pedanía cartagenera de Isla Plana, Murcia, uno de los dos laboratorios de excelencia para la cría del atún rojo con los que cuenta el Instituto Español de Oceanografía (IEO). El otro se encuentra en la cercana Mazarrón donde los huevos eclosionan y se cultivan las larvas hasta que se convierten en juveniles de 3-5 gramos. Los 140 pepes han cumplido un año de vida (todo un éxito) y cada uno alcanza ya los tres kilos. Cuando lleguen a la madurez, a los cuatro o cinco años, estarán listos para ser padres. Cada hembra hará una sola puesta de entre 40 y 60 millones de huevos. «Y de ellos seleccionaremos un millón, de los cuales el 80-90% suelen ser fértiles», explica Ortega, que comparte tándem científico con el también biólogo Fernando de la Gándara.
-¿Llegaremos a comer atún rojo de piscifactoría?
-Sin duda -asiente Ortega-. El de acuicultura será más seguro, por ejemplo, se evitará de ese modo que coman especies con mercurio, como ya está ocurriendo… Y no sólo eso. Está en riesgo porque la demanda es brutal.
En Japón, el mayor consumidor de atún rojo del mundo (compra el 80% de las 15.000 toneladas que captura España, cuyo mercado mueve más de 1.000 millones al año), la carne rosada del pez se consume masivamente como sushi y sashimi, llegándose a pagar 1,35 millones de euros (récord no superado desde 2013) por un atún rojo de 222 kilos.
El atún rojo, que puede llegar a medir tres metros de largo, está considerado como un depredador alfa. Significa que se encuentra en lo más alto de la cadena alimentaria del océano, ya que su tamaño (llega a pesar 800 kilos) y sus habilidades (alcanza los 90 km/h) lo protegen de la mayoría de sus enemigos naturales, como el tiburón.- Y mientras se espera a que los 140 pepes alcancen la madurez sexual y se reproduzcan en cautividad, los científicos del IEO preparan otra cosecha. La noche del 1 de julio, procedentes de piscifactorías de Murcia donde los atunes adultos pescados en alta mar completan su engorde en jaulas en medio del Mediterráneo, 50.000 huevos fértiles han sido transportados a las instalaciones de Mazarrón. Allí eclosionaron y ya se está procediendo a su cultivo larvario hasta completar su ciclo biológico en cautividad, alimentándose de anchoa, sardina, arenque o caballa, lo que gusta al mítico manjar. Es la herencia de Pepe. (Por Paco Rego; El Mundo – España) .- (NUESTROMAR.ORG)