El Ministerio de Ambiente se encuentra evaluando la posibilidad de usar reservas de agua subterráneas. Frente a la posibilidad de una nueva tormenta de La Niña, y con ella una sequía aparejada, el Ministerio de Ambiente se encuentra evaluando la posibilidad de usar reservas de agua subterráneas a partir del mes de setiembre que es el momento donde se estima que el fenómeno climático se haría presente. El subsecretario del Ministerio de Ambiente, Gerardo Amarilla, comentó que la cartera y otras instituciones relacionadas se encuentran a la expectativa de que vuelva a ocurrir otro fenómeno climático que complique la producción y el acceso al agua en el Uruguay.
“Estamos monitoreando la situación, sabiendo que después del invierno va a haber una etapa de ausencia de precipitaciones que puede transformarse en un estrés hídrico y tal vez en una sequía. Hay que estar preparado para eso”, aseguró el jerarca. Con esto, Amarilla comentó que la cartera se encuentra actualizando la información sobre la cantidad de reservas de aguas subterráneas que se encuentran en el país. De esta manera, en caso de suceder una sequía, podrían recurrir a las reservas existentes.
“Tenemos reservas. La idea es tener mayor información y mayor investigación para poder saber cuánto y cómo la podemos usar”, explicó. El jerarca recordó la sequía que tuvo que atravesar el Uruguay hace un año y aseguró que la lección fue aprendida. “Esperemos que la sequía no sea tan grave como la que tuvimos hace un año y que se arrastró por un proceso de tres años de déficit de precipitaciones», indicó y agregó: “Aprendida la lección de lo que pasamos, estar mejor preparados para lo que vendrá es el objetivo del Ministerio de Ambiente».
Advertencia para los cultivos
Existe un 49% de probabilidades de que se desarrolle el fenómeno de La Niña entre junio y agosto, y un 69% entre julio y setiembre, indicó en su reporte mensual el Centro de Predicción del Clima (CPC) del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos. El patrón meteorológico completo de El Niño, La Niña y una fase neutra suele durar entre dos y siete años, pero está vez se está acelerando. Los expertos han advertido que América Latina debe estar en alerta máxima, ya que un cambio rápido podría dejar a las poblaciones y los cultivos poco tiempo para recuperarse.
«Es probable que La Niña afecte a la producción de soja, cebada, trigo y maíz en Latinoamérica, incluidos Brasil, Argentina y Uruguay», dijo Sabrin Chowdhury, jefe de materias primas de BMI, división de Fitch Solutions. «El fenómeno meteorológico se asocia a sequías de larga duración en toda la región de las Américas, lo que provocará una mala calidad de las cosechas y un descenso de los rendimientos promedios, agravando aún más los problemas de abastecimiento mundial», subrayó. El año pasado, unos 11 millones de personas en Latinoamérica y el Caribe se vieron afectadas por desastres en 2023, la mayoría relacionados con el clima, «lo que resultó en pérdidas económicas de más de 20.000 millones de dólares», dijo la semana pasada Paola Albrito, directora de la Oficina de la ONU para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR). Por su parte, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) destacó como ejemplo la falta y el exceso de agua. Recordó que una intensa sequía redujo a un mínimo histórico el nivel del río Negro en la Amazonía brasileña; perturbó «gravemente» el tráfico por el Canal de Panamá; y golpeó el norte de Argentina, el sur de Brasil y Uruguay, que vivió su verano más seco en 42 años y sufrió un déficit hídrico crítico. https://www.ambito.com/