El documento –al que accedió El Observador– señaló sobre la compra de alimentos para los trabajadores de las dragas que el desarrollo de la auditoría «permitió evidenciar una práctica en la que se incumplen los procedimientos escritos y los controles preestablecidos».
Añadió que la «ANP está enfrentada a un incumplimiento de las condiciones de contratación con la consecuencia de un gasto y pago excesivo por pedido, ya que en la conformidad de las facturas no se controlan los precios con los ofertados, y a una gran falla de control interno dado que la totalidad del proceso depende de una sola persona».
La auditoría expresó que esos aspectos repercuten contablemente en el incremento del gasto y en la disminución del efectivo con el que cuenta la empresa, rebajando la disponibilidad presupuestal.
Además, alertó que existe un «alto riesgo de enfrentar problemas sanitarios, dada las condiciones de entrega de algunas de las mercaderías».
La ANP se hace cargo de la alimentación del personal que se encuentra en las embarcaciones haciendo operaciones de dragado. Cuando la draga está fuera de servicio la tripulación lo hace en el comedor de la ANP al igual que el resto de los funcionarios.
Para el estudio fueron seleccionadas facturas correspondientes a pedidos ya pagos y allí se observó que «los precios facturados fluctúan, incumpliendo los ofertados y que existe algún ítem no incluido en el pedido tope de referencia ofertado por la empresa proveedora».
También se detectaron pedidos con productos en exceso y una «facturación a precios excesivos, incumpliendo los ofertados». La auditoría señaló que eso «ocasiona un menor rendimiento de los fondos en cuanto a cantidad de ítems solicitados en el pedido y una pérdida para ANP del orden del 50%, dado que se está pagando un monto superior al ofertado».
Además, sostuvo que los procedimientos no cuentan con un control interno adecuado ya que «la totalidad del proceso depende de una sola persona, quien realiza la solicitud de víveres y la aprueba, controla los pedidos, los envía a la empresa proveedora, recibe la documentación, conforma y realiza los reclamos que corresponda así como también tiene a su cargo el control del cumplimiento de las condiciones licitadas». Para el análisis se tomaron las compras de alimentos realizadas entre marzo y mayo de este año.
Fuentes de la ANP dijeron a El Observador que el resultado de la auditoría generó malestar en el Directorio del organismo.
«La auditoría no asigna responsabilidades; por eso se solicitó una investigación administrativa que se está cursando. Hay irregularidades en las compras con precios muy por encima de los contratos firmados», aseguró uno de los consultados.
Para minimizar los riesgos, el documento recomendó, en una primera etapa, crear un proceso de control de compras, determinando los roles y tareas de las diferentes dependencias que intervengan en el procedimiento.
Otros insumos
La auditoría también controló la compra de otros productos y servicios para las dragas, como combustibles y lubricantes, agua, energía eléctrica, artículos de limpieza, uniformes, ropa de cama o repuestos.
En esas operaciones, a través de las muestras seleccionadas, se constató «una práctica en la que en muchos casos no existen procedimientos escritos mientras que en otros se incumplen los existentes» lo que configura un «hallazgo de alto riesgo».
Agregó que se observaron «inconsistencias con el procedimiento interno escrito de solicitudes de suministro, mantenimiento y reparaciones y las prácticas habituales, constatándose incumplimientos». En la adquisición de esos productos y servicios también se marcó que la ANP se enfrenta a una gran falla de controles, ya que hay «solicitudes realizadas telefónicamente» o «no existe documentación interna de algunos de los suministros brindados».
Para este estudio se analizaron las solicitudes de suministro en el ejercicio de 2016 y los cinco primeros meses de este año. En el caso de estas compras también se recomendó la creación de un proceso de control. La ANP posee cuatro dragas, pero actualmente hay solamente una en funcionamiento. En el sector de dragado hay unos 300 funcionarios.
EL OBSERVADOR