El cultivo de algas presenta una alternativa de ingresos sostenible para los pescadores, ya que ofrece diversificación económica y al mismo tiempo combate la sobrepesca. Esta práctica no sólo mejora los medios de vida costeros sino que también desempeña un papel crucial en la mejora de la salud marina al actuar como sumideros de carbono y apoyar la biodiversidad. Las algas han sido consideradas durante mucho tiempo un manjar saludable y enriquecedor en muchas culturas. Pero con las poblaciones de peces bajo presión, se está convirtiendo en una importante fuente alternativa de ingresos a la pesca y la acuicultura tradicionales en Europa. Nuestros mares enfrentan crecientes presiones debido al cambio climático, la contaminación y la sobrepesca. Esta sombría realidad amenaza las capturas y los medios de vida de innumerables pescadores.
¿Podrían las alternativas emergentes, como el cultivo de algas, ayudar a restaurar nuestros océanos y asegurar un futuro más sostenible para los pescadores?
Las aguas cristalinas de la bahía de Mulroy, en el noroeste de Irlanda, son ideales para la acuicultura orgánica. Aquí decenas de personas cultivan mejillones, ostras y salmón, como el ex pescador Jerry Gallagher.
«Calamos con redes para pescar salmón, pescamos cangrejos, pescamos langosta, pescamos con redes de arrastre de fondo y pescamos con redes de enmalle», recuerda Jerry. Recurrió a la acuicultura después de que las poblaciones de peces disminuyeran, lo que hizo que la pesca tradicional ya no fuera económicamente viable.
«El esfuerzo por captura ahora es enorme», dice Jerry. «Si me dieras un bote ahora y me dijeras, ese es tu bote ahora, vete a pescar, te diría que te quedes con el bote, ya sabes, no lo haría».
¿Cuántas empresas producen algas en la UE?
En Europa, las algas han sido recolectadas tradicionalmente durante siglos por un puñado de comunidades costeras. Hoy en día, la industria está creciendo y cada vez más empresas están entrando en este campo.
Cosecha submarina
Ahora, las operaciones de Jerry se extienden más allá de los mariscos. Mulroy Bay alberga una floreciente granja de algas que abarca decenas de hectáreas. En las líneas submarinas crecen algas comestibles como la alaria esculenta, también conocida como wakame atlántico, una especie local muy conocida y alimento tradicional en muchos países del Atlántico norte. La hija de Jerry, Lorraine, que estudió nutrición humana, dirige la empresa. Su interés en los posibles beneficios para la salud de una dieta basada en algas marinas, inspirada en las tendencias de longevidad en países como Japón, la llevó a lanzar esta empresa. «Me di cuenta de que aquí en Irlanda tenemos una costa increíble», dice Lorraine. «Mi familia trabajaba en la acuicultura, así que mi cerebro empezó a funcionar y dije: ¡Creo que las algas marinas tienen un enorme potencial aquí!».
La siembra comienza en octubre y en abril las algas están listas para la cosecha. Jerry Gallagher dice que este trabajo es ideal para quienes provienen de la pesca y la acuicultura, ofreciéndoles un empleo valioso durante las temporadas más tranquilas. www.seafood.media