Con 1.000 personas a bordo de la nave, el capitán realizó un giro brusco en el Golfo de Vizcaya. El barco, que se dirigía a las Islas Canarias, regresó al Reino Unido. El crucero Spirit of Discovery, que transportaba a unos mil turistas para dos semanas de viaje por las islas Canarias y el Atlántico Norte, tuvo que regresar de urgencia el lunes al Reino Unido después de que un centenar de pasajeros resultaran heridos por una fuerte tormenta en el Golfo de Vizcaya que obligó al capitán a realizar un giro brusco inesperado a la nave. El sábado pasado, durante la tormenta que azotó la costa occidental de Francia, el crucero incluso se inclinó hacia un lado mientras realizaba una maniobra de seguridad. Aunque la empresa calificó las heridas de los pasajeros como “leves”, no fue esa la descripción que hicieron los turistas al regresar al puerto británico de Portsmouth. De hecho cinco personas tuvieron que ser internadas en el hospital local.
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“Temimos por nuestras vidas”, aseguró a la BBC un pasajero. “Decir ‘heridas leves’ es un insulto a las horribles fracturas de huesos, pelvis, laceraciones, suturas que sufrieron los pasajeros”, agregó. Jan Bendall, de 75 años, que estaba en el crucero con su marido, dijo que estaban en su cabina cuando la voz del capitán sonó por el sistema de altavoces y les dijo que “permanecieran sentados o se acostaran en el suelo”. Dijo que después de que el barco se detuviera, estuvo parado durante unas 15 horas mientras estaba “atrapado en medio de la tormenta”, durante el cual ella y su marido “se aferraban a la vida”.
“Fue bastante aterrador”, dijo. “No soy alguien que se asuste fácilmente… fue bastante dramático”, aseguró. “Tuvimos suerte, estamos sanos, pero creo que algunas personas mayores estaban bastante preocupadas”, añadió Bendall.
Un viaje paradisíaco
El barco había partido hacia las islas Canarias el 24 de octubre con unas 1000 personas a bordo. Según la compañía, los diez primeros días del crucero (inicialmente previsto que durara 14 días) transcurrieron bien, pero la travesía tuvo que ser modificada bruscamente por el temporal. Cuando estaban a mitad de camino, frente al puerto de La Coruña en España, la terminal portuaria fue cerrada por la tormenta. Por lo tanto, la tripulación decidió regresar al Reino Unido con la esperanza de evitar el mal tiempo. Pero mientras estaban en el Golfo de Vizcaya, una zona conocida por sus momentos difíciles, la tormenta golpeó el barco y el sistema de seguridad del barco se activó, lo que provocó que de repente se inclinara bruscamente hacia la izquierda y se detuviera por completo. Fue durante esta maniobra cuando se produjeron la mayoría de las lesiones, según un vocero de la empresa Saga. El capitán decidió entonces mantener la nave estacionaria y soportar allí la tormenta hasta que las condiciones mejoraran. Luego emprendió el regreso a Portsmouth el lunes por la noche. “Aunque el clima está claramente fuera de nuestro control, queremos ofrecer nuestras más sinceras disculpas a todos los afectados, que ahora se encuentran sanos y salvos en su camino a casa con mares más tranquilos”, añadió el vocero a la BBC. https://www.elpais.com.uy/