En una jornada histórica, Claudia Sheinbaum asumió la presidencia de México, marcando un hito al ser la primera mujer en ocupar este cargo en el país. La transferencia de poder de manos del presidente saliente Andrés Manuel López Obrador se llevó a cabo en el Congreso, donde Sheinbaum delineó las líneas clave de su administración, centrada en la continuidad y el fortalecimiento de los proyectos de infraestructura. Dentro de su programa, el sector marítimo y portuario ocupa un lugar primordial, como parte de su ambiciosa iniciativa denominada “100 pasos para la transformación”.

Una de las primeras prioridades de Sheinbaum en este sector es la modernización y ampliación de los puertos de Salina Cruz, en Oaxaca, y Coatzacoalcos, en Veracruz. Estos puertos juegan un rol crucial en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, un proyecto estratégico para conectar el océano Atlántico con el Pacífico y mejorar la competitividad comercial del país.

El objetivo de esta modernización es crear una ruta logística eficiente que no solo fortalezca el comercio internacional de México, sino que también dinamice la economía de las regiones del sur-sureste del país, tradicionalmente más rezagadas en términos de desarrollo. La presidenta electa ha reafirmado su compromiso con este corredor, que se espera potencie las exportaciones y genere miles de empleos en la región.

Otra de las acciones clave es mejorar la conexión entre los puertos y la red ferroviaria de carga. Sheinbaum ha señalado que esta mejora permitirá una mayor eficiencia en el tránsito de mercancías y una reducción de los costos logísticos, lo que redundará en una mayor competitividad de México en el comercio global. El plan es aprovechar los 18.000 kilómetros de vías existentes para duplicar la carga transportada por ferrocarril, además de promover el uso de trenes de pasajeros.

La conexión ferroviaria es vista como un factor crucial para garantizar una cadena de suministro más ágil y segura, sobre todo en un contexto internacional cada vez más interdependiente. Sheinbaum aspira a que México se convierta en un eje logístico que facilite el comercio en América del Norte y otras regiones del mundo.

En el marco de su plan de infraestructura, Sheinbaum ha planteado el desarrollo de 12 Polos de Bienestar en el sur-sureste del país, vinculados al Corredor Interoceánico y al tren que conectará los dos océanos. Estos polos estarán centrados en parques industriales y la creación de empleos locales, con el objetivo de combatir la pobreza y generar oportunidades económicas en las zonas más vulnerables. Asimismo, la presidenta planea la creación de 10 nuevos polos en otras regiones del país, buscando un desarrollo regional más equilibrado.

Un componente adicional de este plan es la modernización de las aduanas mexicanas. El objetivo es optimizar los procesos aduaneros, actualizando la infraestructura y la tecnología en los principales puntos de entrada y salida de mercancías. Con ello, se espera agilizar el movimiento de productos en las fronteras y mejorar la eficiencia en la importación y exportación de bienes.

Sheinbaum ha destacado que estas iniciativas darán continuidad a las políticas de infraestructura y desarrollo económico impulsadas por el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador. Su administración mantendrá el enfoque en la expansión logística, apostando por una integración más profunda del comercio exterior y una mejora en la competitividad del país.

Con estos proyectos, México busca consolidarse como un punto estratégico en el comercio internacional, al tiempo que promueve el desarrollo interno y la inclusión regional. La presidencia de Claudia Sheinbaum inaugura una nueva etapa en la historia del país, con una fuerte apuesta por la modernización y el fortalecimiento de la infraestructura marítima y portuaria.

Visión Marítima