Casi un millón de especies amenazadas debido a las actividades humanas actuales

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La comunidad científica alerta que los estilos de desarrollo de los humanos están amenazando la naturaleza como nunca antes en la historia. Aproximadamente un millón de especies de plantas o animales está amenazado de extinguirse en las próximas décadas debido a las actividades humanas actuales. Esto representa la desaparición de centenas de millones de seres vivos. A su vez, se está desencadenando una crisis fenomenal en la composición y el funcionamiento de los sistemas ecológicos, por lo cual esa trama ambiental que sostiene la vida en el planeta está en riesgo. Estos resultados partieron de unos 15 mil estudios científicos sintetizados por la Plataforma Intergubernamental en Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES por su sigla en inglés). Se presentaron hace unos pocos días atrás en París. La evaluación actual apunta a varias causas, pero entre ellas se destaca lo que se engloba como artificialización o antropización de los ambientes naturales. Esto corresponde al avance de actividades humanas, tales como talar las selvas tropicales para aumentar el área agropecuaria en sitios que son silvestres o tienen modificaciones limitadas. Las especies nativas pierden su hábitat original, el paisaje se simplifica, desaparecen especies nativas como pueden ser hierbas o árboles, y eso arrastra a otras especies, como pueden ser insectos o ranas, y así sucesivamente. La plataforma estima que se han modificado el 75 % de los ambientes terrestres y el 66% de los marinos. En la tierra, la principal fuente de modificación es la agropecuaria, estimándose que ya alcanza el 33% de la superficie terrestre y afecta al 75% del agua superficial. Los factores de deterioro que siguen son la tala de bosques, la caza descontrolada, la pesca intensiva que asola a los mares, la contaminación de esos ambientales, y la invasión de especies nativas. La crisis de biodiversidad también alimenta el cambio climático, por varias vías. Los cambios en la vegetación son una fuente sustancial en emisiones de gases invernadero, mientras que el deterioro ecológico reduce la capacidad de fijar esos gases. A su vez, a medida que avanza el aumento de temperatura promedio de la tierra, eso afecta a muchas especies. Los científicos estiman en este momento que un incremento de 2 grados de la temperatura promedio amenaza la sobrevida de aproximadamente el 2% de las especies del planeta. La extracción de recursos naturales es apabullante. Se remueven unos 60 mil millones de toneladas de materia de la naturaleza cada año, sea roca para la construcción, hierro para la industria, peces para hacer harina de pescado, o soja para alimentar pollos. La contaminación ya está en todos lados; por ejemplo, la polución por plásticos aumentó por diez desde 1980, y todos los años se tiran a las aguas marinas de 300 a 400 millones de toneladas de metales pesados, solventes, desechos industriales, tóxicos, etc. Especies emblemáticas, como felinos, rinocerontes, gacelas, cetáceos, etc., están en peligro, muchas de ellas apenas sobreviviendo en pequeño número. 

La producción agrícola agregada aumentó aproximadamente 300% en los últimos cincuenta años. En gran medida eso avanzó con un cóctel de químicos que sumados a la destrucción de los hábitats lleva a predecir un cataclismo de pérdida de insectos (abejas, escarabajos, mariposas, etc., se irán para siempre). Se estima que, en la pesca, un tercio de las especies comerciales vienen siendo capturadas a niveles insostenibles desde el 2015. Estos y otros datos son probablemente subestimaciones, ya que una buena parte de las especies vivas todavía no han sido reconocidas y catalogadas por la ciencia. Dicho de otro modo, la extinción avanza mucho más rápido que nuestras capacidades para advertirlo. Para que no quede duda de la gravedad de la situación: la intensidad, ritmo y prospecto de la destrucción actual de la Naturaleza no tiene paralelo con ninguna otra época de la historia pasada del ser humano, y es tan grave que se la cataloga como una extinción en masa. Es un ecocidio. Es como si un meteorito de gran tamaño esté impactando en la Tierra destruyendo la vida en ella; sólo unos muy pocos sobrevivirán. Toda esta debacle ya está teniendo un enorme costo económico se agrega en el informe. Como ejemplo de esto, el reporte estima que se ha reducido en un 23% la productividad de la tierra, que la desaparición de las abejas y de otros polinizadores amenaza cultivos que representan cada año unos US$ 577 mil millones, y que de cien a trescientos millones de personas están en riesgo por el cambio climático. El reporte se presentó en París el pasado 6 de mayo. Recibió una enorme cobertura de prensa, se repitieron las declaraciones gubernamentales de preocupación, pero sólo eso. Se sigue caminando por el mismo sendero. https://www.montevideo.com.uy

 

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