Carros y caballos construyeron y sirvieron al puerto de Montevideo

0
1451
Los animales fueron actores durante el desarrollo industrial.
Esta no es una gran foto portuaria, sino lo que nosotros consideramos un valioso testimonio de las actividades portuarias del pasado y en esta imagen nos estamos yendo a los años 1946 o sea que la foto tiene 71 años. Nos la mandó Angel da Trindade, conocido despachante de Aduana y gestor portuario de Tránsitos que nos viene siguiendo desde nuestra página hace muchísimos años y mas aún, parece que ya nos conocía bastante antes a través de su tío Da Trindade, funcionario del Lloyd Brasileiro, cuyas oficinas estaban en la calle Piedras, pegado al viejo edificio de remates de Gomensoro y Castells.
Por cierto, recordamos a su tío Da Trindade un funcioinario que nos daba información de los barcos de su flota pero también recordamos a Don Guillermo Roig un principal de allí que semana a semana nos hablaba de las actividades de una línea fluvial brasileña conocida por la Bacia do Prata, que cumplía el servicio entre Corumbá (Mato Grosso) y Montevideo, tras navegar unos 2 mil kilómetros entre ríos selváticos o eso nos parecía a nosotros, aún principiantes en el tema.
Estamos hablando de los años 1950/52. De hecho, no había contacto entre el Mato Grosso y el Brasil Atlántico y el único nexo era Montevideo donde se trasbordaba esa y otras cargas para algunos puertos del Brasil. Recordamos que aquellas eran tres pequeñas y hermosas naves para pasajeros y carga que traían a remolque una lancha grande con manganeso que se reembarcaba para los Estados Unidos. Nos fascinaban aquellas naves tan chicas pero al mismo tiempo tan desafiantes que se adentraban a través de ríos al mismo corazón de Sudamérica aunque la gran atracción que despertaba la curiosidad de todos era aquel extraño puerto de Corumbá y exótica ciudad de leyendas donde se decía había uruguayos muy ricos (lo visitaríamos en 1987).
Las naves eran «Argentina», «Uruguai» y «Paraguai » y el pasaje hasta Corumbá costaba unos 62 pesos. Pero volvamos al tema central de esta nota que es la fotografía que nos envió Da Trindade. La imagen muestra un carro de cuatro ruedas tirado por caballos cargado con cueros secos que se iban a cargar en el barco holandés «Alnati» que esta ahí detrás del carro amarrado en el muelle 10 del puerto. También aparece una lancha de la agencia Magnano con cueros secos para ese barco. El barco era de la Rotterdam Zuid America que tenía una línea regular entre el Río de la Plata y el norte de Europa, línea representada por la agencia Maclean & Stapledon que estaba en la calle Cerrito 315 esquina Colón, la vieja casona de los Anaya hoy un ministerio y años más tarde se fue para su propio edificio Colón esquina Cerrito. Confirma Da Trindade que el barco estaba atracado en el Muelle 10.
Los carros fueron un medio de transporte fundamental en la actividad portuaria y se usaron por millares durante un siglo. Cuando comenzamos la crónica marítima aun conocimos algunos de los últimos carros. Aún existian ostensiblemente grandes letreros escritos en francés y español en las paredes de los depósitos obligando bajo penas, a tratar bien a los animales, suministrarles sombra y agua y protección del sol y ciertamente recordamos haber visto una especie de toldo protector hecho con bolsas blancas para poner sobre los animales sobre todo en el verano portuario que es muy duro.
La construcción del puerto se hizo transportando todos los materiales, en carros tirados por caballos o mulas y las jardineras de grandes ruedas solían adentrarse desde la orilla hasta la embarcación cuando no había un puerto.
Por otra parte, la falta de combustible y de neumáticos durante la guerra redujo o casi anuló el transporte automotor aunque algunos equiparon sus camiones con gasógeno. Recuerdo sí, durante los años de guerra y aún durante el primer año de paz, aquellos enormes camiones con neumáticos de goma maciza que cuando pasaban cerca de uno temblaba el piso o la calle. Las carros de cuatro ruedas eran lo común, las cargas que venían del interior lo hacían por vagón, las carnes de los frigoríficos en el Cerro y la Teja por lancha que se ponían al costado de la nave.
Así que las agencias marítimas que representaban a las empresas navieras internacionales además cargaban y descargaban los barcos para lo cual debían coordinar todo ese variado movimiento de trasportes y cargas. También por esa fecha comenzaron a llegar tras un año y medio de paz los primeros autos y camiones sobre todo franceses, ingleses, italianos y alemanes que tanto necesitabamos tras 6 años de guerra. Y cuando estos vehiculos llegaron se terminaron los problemas de transporte en la actividad portuaria. Pero, si, terminado el conflicto el 8 de mayo de 1945 todas las fabricas de autos de Europa aun en medio de los escombros comenzaron sus cadenas de producción a horario continuo a vomitar autos para generar divisas para comprar alimentos en Sudamerica.
En cuanto llegaron los primeros camiones en 1946 comenzaron a desaparecer los carros, los gasogenos y las piezas de museo que se usaban paa el transporte en el puerto. Asi que este carro que muestra la imagen debe ser uno de los ultimos atendiendo las cargas de las barracas al puerto. Esto nos trae a la memoria el comienzo de las lineas navieras entre ellas las inglesas, francesas, holandesas, españolas, yugoslavas, suecas, italianas, norteamericanas, uruguayas, griegas, o sea unas 200 empresas navieras muchas de ellas centenarias y prestigiosas, que hace años no existen mas.
La ultima que recordamos fue la alemana Hamburg-Sud que fue comprada por Maersk como muchas otras. Con las lineas japonesas no parece haber habido mayores cambios. Con ellas tambien desaparecieron la mayoria de las agencias maritimas. Terminado el conflicto ibamos a todos los barcos que nos visitaban en busca de noticias ya que todos ellos capitanes y tripulantes – habian sido marinos sobrevivientes durante la guerra. Aun recordamos bien al principio de la paz, una nueva linea que fue la Gorthon Line que iba al Mediterraneo y representaba si no nos equivocamos Chadwick, Weir uno de cuyos barcos, lo recordamos bien fue el «Stig Gorthon» cuyos marineros daneses nos relataban episodios de la guerra y de repente uno de ellos trajo envuelto en un trozo de frazada como 4 pistolas Lugger alemanas que las cambiaban cada una por cuatro kilos de harina. Y según supimos ellos a su vez las habian canjeado en Italia por un paquete de cigarrillos cada una. Con otro cronista de El Plata que si no nos equivocamos era Rapallini y uno de La Mañana salimos corriendo de la popa y nos fuimos del barco poco menos que asustados.
Por: www.elpais.com.uy

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí