Un buque con 70.000 toneladas de soja no quiere descargar por miedo a los aranceles que las dos potencias se han aplicado entre sí
La guerra comercial entre Estados Unidos y China ya se ha cobrado su primera víctima: el carguero Peak Pegasus, que lleva un mes navegando sin rumbo fijo por el océano Pacífico. El buque norteamericano transporta 70.000 toneladas de soja estadounidense por valor de unos 20 millones de dólares (17 millones de euros), por las que se ve obligado a pagar unos aranceles de un 25% si quiere descargarlas, tras el inicio de las tensiones entre Washington y Pekín.
El Peak Pegasus tenía pensado llegar al puerto chino de Dalian el pasado 6 de julio, poco antes de que Estados Unidos comenzara a aplicar gravámenes por 34.000 milllones de dólares a productos importados desde China. Sin embargo, el barco propiedad del banco JP Morgan Asset Management llegó tarde a su destino.
Guerra comercial
Para decargar la soja, el buque debe pagar 5 millones
Tras la entrada en vigor de los aranceles de Donald Trump, al presidente chino Xi Jinping no le tembló el pulso y respondió con una oleada de tarifas a bienes norteamericanos por el mismo valor sobre todo a productos agrícolas, en concreto a la soja. Esto llevó al Peak Pegasus a apresurarse con la esperanza de descargar la mercancía antes de que los aranceles de represalia entraran en vigor, según informa el diario South China Morning Post. Pero no llegó a tiempo.
Desde hace un mes, el buque está dando vueltas en círculos por el océano pacífico mientras los dueños de la carga, la compañía Louis Dreyfus, deciden qué hacer. Descargar la carga les supondría un coste adicional de unos 5 millones de dólares.
Guerra comercial
Los costes adicionales ascienden a 400.000 dólares
Pero mantenerse a la espera tampoco es barato, según publica hoy el diario británico ‘The Guardian’. El grupo con sede multinacional en Ámsterdam paga cerca de 12.500 dólares al día (10.700 euros) para continuar fletando el barco que deambula por el Mar Amarillo frente a la costa china. Entonces, los costes adicionales abrían llegado ya a los 400.000 dólares (345.000 euros).
La decisión a la que se enfrenta ahora Louis Dreyfus es difícil. Expertos citados por The Guardian comentan que es probable que el buque mantenga la soja en el mar durante meses, por el riesgo a tomar una decisión equivocada.
Si el precio para descargar la mercancía en el puerto chino de Dalian asciende a los 5 millones de dólares mencionados, el buque puede estar un año navegando por el Pacífico hasta igualar dicho importe con el coste adicional que supone su travesía sin rumbo. El grupo tiene tiempo para decidir.
Aun así, el precio de mercado de la soja estadounidense se ha desplomado desde el inicio de la guerra comercial porque las empresas chinas están buscando alternativas. Hay que tener en cuenta que China es el mayor importador mundial de este producto y tritura la semilla oleaginosa en harina que se utiliza para alimentar el ganado y para el aceite de cocina. Esto afecta gravemente a la compañía, que en caso de querer vender la soja a otro país se enfrentará a dos problemas: por una parte, los enormes gastos adicionales que tendrá que asumir para desplazar el buque desde China hacia, por ejemplo, Europa; por la otra, los descuentos que deberá aplicar a su mercancía para que los compradores acepten, dado el descenso de su valor.
Aun así, los expertos consultados por Bloomberg son ‘optimistas’. China está recurriendo a Brasil para obtener suministros de soja. Pero a pesar de que el país sudamericano es el mayor exportador del mundo, sigue siendo poco probable que pueda satisfacer por sí mismo el voraz apetito de los compradores chinos.
Guerra comercial
El precio de la soja estadounidense se ha desplomado
Los suministros de Brasil comenzarán a resentirse en octubre, tras meses de envíos récord. Esto coincide justo con el momento en que la cosecha estadounidenses está en pleno apogeo. Entonces, es probable que el país compre a Estados Unidos o sufra una escasez, ya que ningún otro productor podrá exportar lo suficiente para satisfacer la demanda.
“Comenzaremos a ver más negocios” entre Washington y Pekín, dice un analista preguntado por Bloomberg. “Puede que nunca se llegue a los niveles anteriores, pero será mejor que nada”, añade.
Después de que el inicio de la guerra comercial cambiara los patrones, los precios de la soja subieron en Brasil, mientras que en Estados Unidos se desplomaron. Incluso con estos movimientos, los aranceles significan que la soja brasileña sigue siendo más barata para los compradores chinos que los suministros estadounidenses, concluye otro experto contactado por Bloomberg.
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