Un ejemplar de Minke apareció en la orilla de la costa de Maldonado y más de diez personas solidarias pudieron salvarle la vida. Un grupo de personas devolvió al mar a una ballena que había quedado varada en la parada 16 de la playa Brava en Punta del Este. Así lograron salvarle la vida al ejemplar de Minke de aproximadamente 600 kilos.
“Estaba en mi casa cuando un conocido me llamó para decirme que la ballena estaba en la playa”, comenzó relatando a ECOS Gonzalo Cardozo, uno de los que participó del rescate. No lo dudó y recorrió los 11 kilómetros que lo separaban del lugar.

Allí, entre los dos lograron meterla nuevamente al agua, pero sus fuerzas le permitían hacerlo únicamente algunos metros. Por eso, la ballena regresó a la orilla en dos oportunidades.

“Para la tercera vez, se sumó más gente”, indicó. Llegaron a ser diez personas. “La metimos hasta el segundo banco y la acompañamos para que nadara”. Luego el animal salió nadando hacia la Isla de Lobos.
El rescate duró cuatro horas y Gonzalo se quedó recorriendo la costa por dos horas más. “Cuando la vi nadando a lo lejos me quedé tranquilo”.
Él pertenece a un grupo de pescadores que lo hacen de forma deportiva y también para consumo. Organizan torneos de pesca a beneficio de diferentes instituciones. Por lo tanto, es un conocedor de los animales marinos.
Sin embargo, no contaba con información sobre este tipo de rescate. Es por eso que Gonzalo se mantuvo en comunicación con la ambientalista Diana Pumar –que se encontraba en Brasil- quien le iba dando indicaciones de cómo actuar.
“Nos decía que la tuviéramos mojada, que no le tapáramos los orificios por donde respira y de dónde la podíamos agarrar”, expresó.
Ninguna autoridad se hizo cargo de la situación. “Nos comunicamos con Prefectura. Al principio no nos atendían y después no nos dieron bolilla”. Más tarde llegaron dos efectivos, pero no participaron. “Nos dijeron que tenían indicaciones de ‘arriba’ de no actuar”. Indicó también que ninguna ONG participó del rescate.
“Creían que estaba en la costa para morir, pero nosotros la veíamos que estaba fuerte, que tenía ganas de vivir”.
Si bien ninguno de los rescatistas resultó herido, Gonzalo sufrió algunos golpes. “Primero cuando estábamos los dos solos me pegó con la cola en el mentón y después cuando estábamos todos me empujó que me tiró varios metros para atrás”, relató.

«Terminamos muy cansados pero valió la pena.»

Nota de redacción: Cabe aclarar que una ONG de Punta Colorada se atribuyó el salvataje en una nota anterior de ECOS. La nota fue despublicada ya que se chequeó que efectivamente ninguna ONG participó del salvataje. Pedimos a los verdaderos involucrados las disculpas del caso.

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