AUTORIDAD PARA LA HIDROVÍA

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Por Rubens Barbosa

La Hidrovía Paraná – Paraguay podría transformarse en el proyecto síntesis de la integración regional, que beneficiaría a cinco países: Bolivia, Paraguay, Uruguay, Argentina y Brasil. De ser plenamente utilizada, podría ampliar la competitividad internacional del agronegocio y abriría perspectivas de inversiones no solo en el sector agrícola y agroindustrial, sino también en el de los minerales.- Las dificultades que rodean el aprovechamiento pleno de la hidrovía son resultado de la baja prioridad atribuida por el poder público al transporte fluvial, que tanto contribuyó al rápido desarrollo de vastas regiones en los Estados Unidos y en Europa.

El menosprecio crónico en relación a ese medio de transporte es responsable por las grandes dificultades que hoy existen para el aprovechamiento de las hidrovías: recursos insuficientes, infraestructura, conflictos en la utilización de las aguas (la construcción de hidroeléctricas sin esclusas), problemas ambientales, jurídicos y burocráticos, ausencia de política de inversiones y una logística deficiente. –Tanto el Gobierno como el sector privado deberían trabajar juntos para modificar esa situación y transformar la Hidrovía Paraná-Paraguay en un factor significativo para la salida de la creciente producción agrícola y de atracción de inversiones para la hidrovía y para el sector productivo agroindustrial y minero.

Una de las dificultades de enfrentar los problemas que existen para un mejor aprovechamiento de la Hidrovía Paraná-Paraguay es el tratamiento que se le da al tema en los cinco países. La Comisión Intergubernamental de la Hidrovía, órgano responsable por los asuntos técnicos de la hidrovía, ocupa el tercer nivel burocrático en los ministerios de Transportes y del Exterior de los cinco países. Es necesario elevar el nivel administrativo de este tema por medio de reuniones regulares a nivel ministerial, para examinar los principales temas de interés de los cinco países. Con eso, se estará dando un paso importante para tratar los temas de la Hidrovía con un sesgo político y no solo técnico.

Estudios recientes del Consejo Suramericano de Infraestructura y Planeamiento (Cosiplan), órgano de Unasur, dispone de datos actualizados sobre el transporte de carga y sobre las obras para mejorar la navegabilidad y sus costos, para corregir el curso de la Hidrovía, para profundizar el calado de su lecho y sobre los impactos ambientales del aprovechamiento pleno de la Hidrovía, sobretodo en la región del Pantanal.

La responsabilidad hasta ahora por el atraso del pleno aprovechamiento de la hidrovía debe ser repartida entre los cinco países que tratan de manera burocrática los temas importantes como las inversiones, el medio ambiente y el uso de la hidrovía. Como forma de superar esa dificultad, llegó el momento de que los cinco países en conjunto consideren seriamente el establecimiento de una autoridad supranacional para administrar la hidrovía, como sucede en Europa con el Danubio y el Ródano y en EE.UU. con el Mississipi. El gobierno brasileño, por medio de Itamaraty, ya mostró su disposición de avanzar en ese sentido.

Habiendo voluntad política, la creación de esa autoridad sacaría de las burocracias gubernamentales el tratamiento del tema e integraría de forma natural al sector privado en la discusión y en la solución de las dificultades que siempre existirán. 
La utilización plena de la Hidrovía Paraná – Paraguay, si se incluye efectivamente entre las prioridades de los Gobiernos, sería una realización de gran visibilidad y destacaría concretamente la prioridad que los países del Mercosur atribuyen a la integración sudamericana, ya que beneficiaría a los cinco países por donde pasa.

El sector privado y el gobierno deberían prestar más atención a la Hidrovía Paraná-Paraguay, que se puede transformar en un verdadero símbolo de la integración sudamericana y puede ser un marco en el proceso de privatización sudamericano. 
Para eso, se debería dar tratamiento político a los temas de la Hidrovía por medio de reuniones ministeriales (Transportes y Relaciones Exteriores), además de las reuniones técnicas de la Comisión Interministerial de la Hidrovía (CIH) con el objetivo de:

– Ajustar, dentro de lo posible, incluso transformándolo en permanente, el acuerdo de transporte fluvial para la hidrovía Paraguay-Paraná (Puerto de Cáceres – Puerto de Nueva Palmira) de la Aladi (7/7/1992)

– Discutir y aprobar la creación de una autoridad supranacional que a ejemplo de lo que sucede en los ríos Danubio y Ródano sería responsable por la operación de todos los aspectos relacionados con el transporte fluvial en la Hidrovía (incluso el tema de las inversiones).

En un proyecto de ese porte, la voluntad política es crucial para poder enmendar el Acuerdo de Transporte Fluvial, como sucedió en Europa en la Convención sobre el régimen de navegaciones en el Danubio, en Belgrado el 18/8/1948.- (El País)

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