Hay preocupación por su carga de 32.000 centímetros cúbicos de aceite vegetal, pero también por su combustible. El buque mercante que encalló el miércoles en Maldonado, luego de reportar que se había quedado sin máquinas cerca de la Isla de Lobos, está cargado con 32.000 metros cúbicos de aceite vegetal e iba hacia Brasil. Tuvo un problema con las mangueras de enfriamiento del motor, que provocaron el ingreso de agua a la sala de máquinas y afectaran el tablero eléctrico de la nave.
Según los primeros sondeos realizados por buzos particulares y de la Armada, el barco está apoyado sobre rocas de punta en dos sectores: en gran parte de la proa y parte de la popa. Tiene además varias rajaduras que afectan el doble casco. El prefecto de Punta del Este, Cap. Marcelo D’Anatro, explicó a Telemundo que está encallado en unos diez metros, y que ahora se está relevando para tener la tranquilidad de que otro buque pueda ingresar para hacer el alije -es decir, aligerar la carga- sin tener problemas.- Las autoridades de la Armada creen que la situación está controlada, pero el desafío mayor es sacar la nave encallada sin quebrarla, una maniobra que solo puede ser realizada por expertos. D’Anatro explicó que se emitió una alerta internacional y se designó a una empresa para que se haga responsable del reflotamiento. Ayer embarcó con arquitectos y técnicos para la operación. Por otra parte, en el puerto del balneario esteño se lleva adelante el trabajo de logística. Este sábado se desembarcaron equipos que luego serán trasladados hacia el lugar para aligerar la embarcación. El capitán D’Anatro contó que la empresa también trae equipos para contener un posible derrame del aceite que lleva. El gran problema está vinculado con eso: que el barco está a solo 500 metros de una de las reservas más grandes de lobos marinos de Sudamérica, y la gran pregunta es qué sucedería si gran parte de la carga -que es biodegradable- va a parar al agua. Para el experto en fauna marina Richard Tesore, la situación sería de gravedad extrema. Según él, la isla volvería a la normalidad en unos meses, pero los animales que se ensucien morirán. Recordó que hace tiempo estuvo en un derrame de manteca en Brasil, y que las aves salían con el mismo efecto de hipotermia que si el derrame hubiera sido de hidrocarburos.
“Cualquier solución aceitosa les quita las plumas o el doble pelo, en el caso de los lobos finos”, explicó Tesore, “y mueren de frío”. Además de la carga, el experto consideró que hay que agregar el combustible que tiene el buque. Cada vez que hay una situación de estas características, a Tesore le viene a la mente lo sucedido con un petrolero en el año 1997, frente a las costas de Punta del Este. “Uno tiene que estar preparado para lo peor; si viene lo mejor, bárbaro”, dijo. Junto con otros integrantes de S.O.S. Fauna Marina, Tesore está preparado para realizar tareas de salvataje de ser necesario.- (Teledoce)