Editorial de diario El País.
La Armada Nacional tiene un papel fundamental en la defensa de los intereses marítimos y fluviales de nuestro país. Es imprescindible dotarla de los recursos para cumplir con sus deberes y responsabilidades. El Día de la Armada se conmemora los 15 de noviembre y recuerda la primera Patente Oficial de Presa emitida por el Gobierno de la Banda Oriental que se conserva, emitida en aquel día del año 1817. Hace dos siglos. El documento, suscrito por Artigas en su Cuartel General de la Purificación, fue otorgada a Juan H. Murphy, oficial del corsario «La Fortuna». Eran épocas difíciles y los orientales recurrieron a la antigua institución de la guerra de corso para enfrentar al Portugal y España. La historia es, esencialmente, continuidad, y es razonable remontar los orígenes de la Armada Nacional a sus raíces hispanas. El rey Carlos III aprobó en 1776, la Real Orden para la creación del Apostadero Naval con sede en San Felipe y Santiago de Montevideo. Ello ubicó a Montevideo entre los apostaderos navales de La Habana, El Callao, Acapulco y Cavite. Las responsabilidades del Apostadero se extendieron desde las islas de Fernando Poo y Annobón, en el Golfo de Guinea, hasta las Malvinas. El antiguo edificio del Apostadero sobrevive en la Ciudad Vieja en medio de un aparcamiento. El Uruguay tiene intereses marítimos y fluviales que son vitales para su seguridad y desarrollo económico y social. Como la soberanía, derechos de soberanía y jurisdicción sobre los espacios marinos; la seguridad ante cualquier amenaza proveniente del mar; el desarrollo económico (usos de los espacios acuáticos y explotación de sus recursos vivos y no vivos); la protección del medio ambiente acuático; la expansión del conocimiento sobre estos espacios; y, cada vez, la promoción de la cooperación y solidaridad regional e internacional.
El Uruguay es más agua que tierra.
El área total sujeta a la soberanía, los derechos de soberanía o la jurisdicción de nuestro país abarca 401.133 km2. El Mar Territorial uruguayo (que incluye su mar territorial y su zona económica exclusiva) representa el 31,2 % de aquella superficie y la extensión de la plataforma continental mar afuera de las 200 millas, el 20,6 %. Las aguas jurisdiccionales en la laguna Merín, el río Uruguay y el Río de la Plata suman el 5,2 %. En total, estos espacios acuáticos ascienden al 55 % de la superficie total de nuestro país. A todo ello se le suman los intereses en los espacios acuáticos donde ningún Estado posee soberanía exclusiva (la alta mar y los fondos marinos) y en la Antártida. Existe también un dinámico sistema de convenciones internacionales dentro del marco de las Naciones Unidas, OMI y de FAO sobre temas clave como el transporte marítimo, la explotación y administración racional de los recursos vivos y no vivos y la protección del medio ambiente en la alta mar y los espacios antárticos. La relevancia política y económica de ese complejo conjunto de intereses, derechos y deberes aumenta constantemente. Así, el movimiento de buques del Puerto de Montevideo pasó de 12,7 millones de toneladas de registro bruto en el año 1990 a 65,9 millones de toneladas de registro bruto, en el 2016. En la actualidad los puertos uruguayos mueven anualmente aproximadamente veinte millones de toneladas de carga perteneciente al comercio exterior uruguayo y en transbordo o tránsito desde el resto de la Cuenca del Plata. Una consecuencia de este desarrollo es que las responsabilidades de la Armada Nacional se hacen cada vez más amplias y más complejas. A sus funciones esenciales de defensa de la soberanía y la integridad del territorio se le suma un haz más amplio de responsabilidades que incluyen velar por la seguridad de la vida humana, los buques y sus cargas en el mar, las obligaciones como Estado del Puerto, la policía marítima y fluvial, el apoyo a la presencia en la Antártida, y la investigación científica.
Todas estas actividades se encuentran estrechamente vinculadas entre sí como lo demuestra el papel fundamental que tuvo el SOHMA de la Armada Nacional en el proceso de extensión del límite exterior de nuestra plataforma continental. La Armada Nacional realiza un trabajo fundamental con los limitados recursos de que dispone. Pero es importante comprender que, si bien los derechos e intereses marítimos y fluviales de nuestro país aparejan considerables beneficios políticos y económicos; también traen consigo importantes deberes y responsabilidades. Y es imprescindible dotar a la Armada Nacional de los recursos necesarios para cumplir con ellos. http://www.elpais.com.uy