“El gobierno tomará todas las medidas necesarias para proteger a nuestras embarcaciones y sus ciudadanos en este momento”, declaró.
El ataque del viernes en el aeropuerto de Bagdad, donde murió Qasem Soleimani, comandante de las poderosas Fuerzas Quds de Irán, agudizó la confrontación entre Teherán y Washington y generó temor a un nuevo conflicto en Medio Oriente.
Soleimani, de 62 años, era el arquitecto de la creciente influencia de Irán en Medio Oriente. En tanto, el jefe de la milicia iraquí que falleció en el asalto estadounidense, era el subcomandante del movimiento PMF que agrupa a las unidades paramilitares de Irak.
Una procesión organizada por el PMF trasladaba a los cuerpos de Soleimani, Muhandis y de otros dos iraquíes que fallecieron en el bombardeo estadounidense por la Zona Verde de Bagdad el sábado.
Entre los dolientes había miembros de las unidades militantes que consideraban a Muhandis y Soleimani como un héroe. Llevaban retratos de ambos hombres durante la marcha e iban cantando frases como “muerte a Estados Unidos” y “No, no Israel”. También asistieron a la procesión el primer ministro de Irak, Adel Abdul Mahdi, y el comandante en jefe de las milicias del país, Hadi al-Amiri, cercano aliado de Irán