Alarma por bajante del río Uruguay: impactos en el ecosistema y la pesca

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La pronunciada bajante del río Uruguay ha generado preocupación entre especialistas y comunidades ribereñas. La reducción del vertido de la represa de Salto Grande, sumada a la falta de precipitaciones en la cuenca, ha llevado el nivel del agua a registros inusuales para esta época del año. Aunque la situación no alcanza los valores mínimos históricos, su persistencia plantea interrogantes sobre sus efectos ambientales y económicos.

Un fenómeno fuera de lo común

Actualmente, en Paysandú, el nivel del agua se sitúa en torno a los 45 centímetros sobre el cero hidrográfico, mientras que en Salto-Concordia no supera el metro con diez centímetros. Ayer, el caudal evacuado por la represa oscilaba entre los 902 y los 923 metros cúbicos por segundo. Aunque no se trata de una de las bajantes más pronunciadas del río Uruguay, en ocasiones anteriores la represa ha reducido su erogación a apenas 600 metros cúbicos por segundo, llevando el nivel a 20 centímetros bajo el cero hidrográfico en Paysandú.

Sin embargo, los caudales aguas arriba de Salto Grande continúan disminuyendo, lo que sugiere que la situación en Paysandú y otras zonas ribereñas difícilmente se revierta en el corto o mediano plazo.

Ausencia de peces juveniles: una señal de alarma

En este contexto, la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) emitió un informe en el que advierte sobre la ausencia de peces juveniles de especies de interés comercial y deportivo en los relevamientos recientes. Según el organismo binacional, el tiempo que lleva la bajante equivale aproximadamente al periodo que tardan los peces en alcanzar la talla de primera captura, lo que podría afectar la reposición de las poblaciones y generar impactos en la actividad pesquera.

“La falta de peces juveniles es un fenómeno inédito desde que se tienen registros. De continuar esta tendencia, la pesca podría verse comprometida en los próximos meses”, señalaron los asesores de pesca y los departamentos de Ambiente y de Hidrología de CARU. Advirtieron también que la explotación de los escasos ejemplares existentes podría agravar aún más la crisis en el ecosistema fluvial.

El impacto de la bajante del río Uruguay se extiende más allá de los registros hidrológicos y afecta directamente a la biodiversidad y a las comunidades que dependen de la pesca. Con un panorama incierto, la atención está puesta en la evolución del fenómeno y en posibles medidas para mitigar sus efectos a nivel ambiental y económico.

VISIÓN MARÍTIMA

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