Por primera vez en la era moderna, el planeta ha cruzado el umbral crítico de 1,5°C de calentamiento global en comparación con los niveles preindustriales. Según datos de la Oficina Meteorológica del Reino Unido, 2024 se posiciona como el año más caluroso jamás registrado desde que comenzaron las observaciones modernas en 1850. La temperatura promedio global en 2024 alcanzó los 1,53°C por encima del promedio preindustrial (1850-1900), marcando un récord histórico. Este dato confirma la tendencia de calentamiento global acelerado, con 2023 quedando en segundo lugar con 1,46°C, superando el récord previo de 2016.
Aunque el Acuerdo de París establece que el límite de 1,5°C debe medirse como un promedio sostenido durante varias décadas y no un solo año, este hito subraya lo cerca que estamos de rebasar ese objetivo de manera permanente. Colin Morice, de la Oficina Meteorológica, advirtió que “el margen para evitar superar este límite de manera sostenida se está reduciendo rápidamente”. El calentamiento global no solo implica temperaturas más altas, sino también consecuencias graves como eventos meteorológicos extremos, aumento del nivel del mar y el riesgo de superar puntos de inflexión planetarios, como el colapso de ecosistemas clave o de capas de hielo en Groenlandia y la Antártida.
¿Qué está detrás de este aumento?
El principal impulsor del calentamiento es el aumento de gases de efecto invernadero, especialmente el dióxido de carbono (CO2), derivados de actividades humanas como el uso de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas). Según Tim Osborn, director de la Unidad de Investigación Climática de la Universidad de East Anglia, el mundo aún no ha reducido significativamente su dependencia de estos combustibles, lo que impide que las emisiones de CO2 alcancen su punto máximo y, por ende, las temperaturas siguen en ascenso.
Además de las actividades humanas, los fenómenos climáticos naturales como El Niño también influyen. Este patrón climático, que calienta temporalmente las aguas del Pacífico tropical, contribuyó a que las temperaturas de 2024 fueran aún más altas. Por el contrario, episodios recientes de La Niña, que enfrían el clima global de forma moderada, atenuaron los valores en 2021 y 2022.
A pesar de estas fluctuaciones naturales, el calentamiento global subyacente es claro y constante. Cada fracción de grado adicional agrava la intensidad y frecuencia de los fenómenos extremos, como olas de calor, tormentas e inundaciones, destacando la urgencia de acciones globales para reducir las emisiones y limitar el daño al planeta.
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