La Antártida, una de las últimas fronteras científicas y medioambientales del mundo, sigue siendo un foco estratégico para Uruguay. En el marco de la Campaña Antártica 2025, el país redobla esfuerzos en logística, investigación y cooperación internacional para reafirmar su compromiso con el continente blanco. En diálogo con Visión Marítima, Gerardo Tajes, Director de Planificación Estratégica del Instituto Antártico Uruguayo (IAU), ofreció un panorama detallado sobre las operaciones en curso y los desafíos futuros.
El buque de la Armada ROU 04 «Artigas» zarpará el 14 de enero, marcando el inicio de la fase marítima de la campaña. «Estimamos que el Artigas retorne el 14 de febrero, completando un mes de operaciones», explicó Tajes. Aunque el recientemente incorporado ROU 22 «Oyarvide» no participará este año, ya se está evaluando su integración para futuras campañas.
En cuanto a las operaciones aéreas, el KC-130H Hércules lidera la logística, con el respaldo del C120 de Brasil. Según Tajes, «de las seis fases logísticas previstas, cinco son aéreas y una marítima. En este momento estamos cumpliendo la tercera fase aérea con éxito, y el próximo cruce está programado para el 13 de enero».
Actualmente, en la Base Científica Antártica Artigas se desarrollan cuatro proyectos científicos uruguayos:
Efectos del derretimiento del Glaciar Collins en el ecosistema costero marino antártico
Proyecto Soilbon en Peninsula Fildes: monitoreo temporal de la biodiversidad microbiana en suelo antártico
Aislamiento y caracterización genómica de cepas bacterianas provenientes de Antártida productoras de bacteriocinas y otras antimicrobianos
Aerosoles y Cambio Climático: Soluciones Tecnológicas para la Conservación
Proyectos SCAR-GIANT (Desarrollo de la Infraestructura Geodésica Antártica) y SCAR-KGIS (Sistema de Información Geográfica de la isla Rey Jorge)
Además, Uruguay colabora con proyectos internacionales, incluyendo investigaciones de equipos alemanes y españoles. Este año, el buque rompehielos español permitirá acceder a la estación científica Roberto Echeverri (ECARE), ubicada en Bahía Esperanza, que históricamente solo opera en verano. «Con este apoyo, podremos realizar mantenimiento y facilitar investigaciones científicas conjuntas», afirmó Tajes.
Asimismo, la base Artigas cuenta actualmente con 60 a 70 personas, incluyendo dotaciones de verano, científicos y técnicos. Sin embargo, las limitaciones de espacio impulsan la búsqueda de nuevas soluciones. «Estamos gestionando la incorporación de contenedores y equipamiento a través de programas internacionales», señaló Tajes.
En materia ambiental, el manejo de desechos es una prioridad. «Operamos con dos incineradores en la base y un sistema de empaquetado para retirar residuos en el buque. Estamos mejorando procesos con una planta de aguas grises y un generador eólico que complementa el suministro energético», destacó.
En este sentido, la campaña cuenta con apoyo de diversos países, incluyendo España, Alemania, Corea, Ecuador, Países Bajos y Colombia. En particular, Uruguay trabaja en la posibilidad de una misión análoga con Colombia para la Agencia Espacial Europea, proyectada para los meses de invierno que simularía condiciones espaciales en la Antártida.
El IAU ya planifica mejoras para la próxima campaña, incluyendo la incorporación de helicópteros de la Fuerza Aérea y la ampliación de la infraestructura. «Todo esto requiere una planificación minuciosa y tiempo. Estamos comprometidos a seguir mejorando nuestras operaciones», aseguró Tajes.
Con una estrategia basada en la ciencia, la logística eficiente y la cooperación internacional, Uruguay refuerza su papel como un actor clave en el continente blanco. Como concluyó Tajes: «La Antártida es un espacio de colaboración global, y nuestro compromiso es contribuir a su preservación y estudio para las generaciones futuras».
Miguel Mieres para Visión Marítima
