El gobierno argentino avanza en la posibilidad de adquirir submarinos Clase Scorpene, una decisión que busca recuperar la capacidad submarina perdida tras el hundimiento del ARA San Juan en 2017 y reafirmar su soberanía sobre el Atlántico Sur y su Zona Económica Exclusiva (ZEE). Este proyecto, además de fortalecer la Armada Argentina, plantea importantes desafíos económicos y estratégicos para el país.
Con un costo estimado de 450 millones de dólares por unidad, la adquisición de estos submarinos representa una inversión significativa. Para financiarla, el presupuesto de 2025 incluye un endeudamiento de 2.300 millones de dólares, a ser amortizado en tres años, que no solo cubrirá la compra de las unidades, sino que también se destinará a la reactivación de la industria naval local. Esta iniciativa requiere aún la aprobación del Congreso, lo que subraya la magnitud del compromiso económico que implicará.
El ministro de Defensa, Luis Petri, reafirmó en julio la prioridad de recuperar la capacidad submarina del país: “Es fundamental que Argentina vuelva a contar con una flota operativa. Estamos trabajando intensamente para encontrar las mejores opciones que permitan fortalecer nuestra presencia en el Atlántico Sur y garantizar el control de nuestras aguas”.
Tecnología y capacidades de vanguardia
La Clase Scorpene, desarrollada por un consorcio franco-español, es reconocida a nivel internacional por su versatilidad y tecnología avanzada. Estos submarinos, de quinta generación, pueden ser adaptados a las necesidades específicas de cada marina y están diseñados para lanzar torpedos, misiles de crucero y minas. Además, cuentan con la posibilidad de incorporar sistemas de propulsión independiente del aire (AIP), lo que les otorga una mayor autonomía en inmersión.
Los Scorpene ya están en servicio en países como Chile, Brasil, India y Malasia, donde se utilizan tanto para defensa como para operaciones de vigilancia. En el caso de Argentina, estos submarinos serían clave para combatir la pesca ilegal en la ZEE, proteger los recursos naturales y disuadir posibles amenazas en áreas sensibles, como las Islas Malvinas y las rutas hacia la Antártida.
Una decisión estratégica
La incorporación de submarinos Scorpene no solo representa una mejora en las capacidades operativas de la Armada Argentina, sino también una apuesta por el resguardo de los recursos marítimos del país y el fortalecimiento de su industria naval. Además, este proyecto refuerza la presencia estratégica de Argentina en el Atlántico Sur, un área clave para la proyección regional y la defensa de la soberanía nacional.
Aunque la concreción de esta iniciativa está supeditada a los acuerdos de financiamiento y la aprobación legislativa, el plan subraya la intención de Argentina de recuperar su posición como un actor relevante en la defensa marítima de la región. La vuelta a la operación submarina no solo responde a una necesidad operativa, sino también a una visión de largo plazo para garantizar el control y cuidado de los recursos oceánicos.
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