El gobierno argentino decidió aumentar un 40,5% los peajes para la carga internacional que utiliza la Hidrovía Paraguay-Paraná, una medida que ha generado preocupación en Uruguay, especialmente en el puerto de Nueva Palmira, estratégico para el transbordo de minerales provenientes de Brasil hacia mercados globales.
Empresas que apostaron fuerte a la infraestructura del puerto han expresado su descontento, al igual que el gobierno uruguayo. Juan José Olaizola, subsecretario del Ministerio de Transporte, advirtió que un incremento tan alto y aplicado de manera repentina “perjudica el transporte regional” y afecta la competitividad de la Hidrovía, un corredor vital para las economías de Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay y Bolivia.
El jerarca también informó que se está llevando adelante una serie de consultas con actores marítimos y portuarios para evaluar el impacto de esta decisión antes de plantear el tema en el ámbito regional. “Es clave que los países entiendan la importancia de mantener la Hidrovía como un eje integrador para el comercio”, subrayó.
Este no es un hecho aislado. En julio de este año, Argentina ya había incrementado unilateralmente los peajes en un tramo al norte de Santa Fe, con subas que variaron entre el 46% y el 63%. La tensión derivada de esa decisión se resolvió recién en septiembre, tras intensas gestiones diplomáticas.
Desde la Embajada argentina en Uruguay, el embajador Martín García justificó el aumento, asegurando que los recursos son necesarios para el mantenimiento y balizamiento de la Hidrovía. Según García, “no hay ningún beneficio comercial” detrás de la medida, sino una necesidad operativa.
Las autoridades uruguayas reiteraron que la cuestión será debatida en las comisiones de la Hidrovía, buscando evitar que este tipo de medidas unilaterales comprometan el desarrollo de un sistema de transporte esencial para la región. Mientras tanto, las tensiones siguen marcando la agenda del comercio fluvial entre ambos países.
Visión Marítima