La sede náutica, que el próximo jueves será declarada monumento histórico nacional, es junto con el estadio Centenario y el Palacio Salvo, una foto icónica de Montevideo. En un futuro cercano, la bahía del puerto del Buceo, tendrá una nueva cara. El antiguo astillero Rosendo, donde se construyó o reparó gran parte de los cruceros y veleros que flotan hoy en las aguas de esa bahía, será transformado y anexado a la sede del Yacht Club Uruguayo. Dicho edificio, que cumplió 90 años, será declarado monumento histórico nacional en una ceremonia prevista para el próximo jueves donde participarán autoridades nacionales, departamentales, directivos y asociados de la entidad deportiva. En ese marco, trascendió el proyecto que embellecerá el puerto del Buceo y su pequeña bahía. El astillero del carpintero de ribera, Manuel Rosendo cerró sus puertas y el 29 de junio de este año se subastaron las maquinarias y herramientas. El predio fue devuelto al Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), ya que era usufructuado mediante concesión.
Rosendo nació en la Ría de Vigo (España) en 1935. Llegó a Uruguay con 17 años. En ese entonces ya sabía los secretos de cómo construir barcos. En los siguientes 70 años, del astillero salieron decenas de embarcaciones de todo tipo: cruceros, veleros, lanchas de pesca y de trabajo. También realizó reparaciones hasta que falleció en 2022. En la zona del puerto del Buceo, jerarcas del MTOP pretenden unificar criterios y que el lugar sea destinado al desarrollo del deporte náutico. Entienden que la fusión de un club náutico con un exastillero es algo natural y no cambia la fisonomía de la bahía. En el enorme galpón donde funcionó el astillero, las autoridades del Yacht Club Uruguayo, lideradas por el comodoro Juan José Aguiar, instalarán el Instituto Náutico que forma a niños, jóvenes y adultos en el arte de navegar, a través de docentes con experiencia en navegación a vela. Algunos de los profesores del Instituto Náutico han participado en regatas internacionales o navegaron 100.000 millas náuticas por aguas oceánicas. También habrá una guardería para los pequeños veleros de la Escuela de Vela. El Yacht Club, una entidad sin fines de lucro con 118 años de existencia, promueve en su ADN el desarrollo y la enseñanza del arte de navegar a vela. Ya, en el acta fundacional del 15 de julio de 1906, el club enunció como su objetivo básico y y primario “estimular la vocación que siente la juventud por los oficios y profesiones de la vida del mar”. De esa forma, la institución considera que la enseñanza y la instrucción náutica como la “herramienta más acta y directa” para lograr una vocación marinera en la juventud uruguaya.
Navegar es necesario
Fundado por un grupo de amigos amantes de la navegación, el Yacht Club tuvo su primera sede en un viejo pontón faro, en el puerto de Montevideo, en 1906. De la sede en el pontón «Tres María» se pasó a un edificio de dos pisos en tierra en el puerto del Buceo y desde allí se planeó y construyó la actual torre en 1939. Este edificio, que sugiere el puente de un barco, ha sido declarado patrimonio histórico cultural por el gobierno uruguayo en 1997, que reconoció en su perfil uno de los mejores exponentes del «art decó». La torre cuenta con ocho pisos de altura. No sufrió modificaciones estructurales desde su fundación. Hoy, junto con el Estadio Centenario y el Palacio Salvo, su foto es representativa de Uruguay. Según el libro “Bajo la Cruz del Sur-100 años de Yachting”, escrito por el excomodoro del club Félix Sienra Castellanos con la llegada del club al puerto del Buceo, tomó mayor fuerza, mediante cursos regulares, la enseñanza de los conocimientos básicos y la práctica de la navegación a vela. A través de los años, los alumnos de la Escuela de Vela obtuvieron sus «brevets» (licencias para timonear una embarcación), comandaron infinidad de veleros, partieron en largos cruceros y compitieron en las temporadas de regatas organizadas por clubes náuticos. Entre esos navegantes, dice Sienra Castellanos, hubo quienes conquistaron lauros sudamericanos, panamericanos y mundiales. Recuerda que unos cinco mil alumnos han ocupado los bancos de la Escuela de Vela y navegado en los barquitos del club. Sienra Castellanos concluye diciendo que, desde esta manera, la Escuela de Vela “ha cumplido con creces y sin ayuda externa, su misión fundamental que dio vida a nuestra institución, o sea contribuir a despertar la conciencia marinera de nuestro pueblo, acercar a la juventud hacia el mar y encaminar las vocaciones marineras”. Hoy el principal salón del Yacht Club lleva el nombre “Dr. Félix Sienra Castellanos”. Así el club y socios homenajearon su dedicación y trayectoria como directivo. https://www.elpais.com.uy/