El descubrimiento de oxígeno oscuro a 4 Km de profundidad en el Océano Pacífico cuestiona la viabilidad de esta industria. La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) acaba de sustituir a su secretario general, que llevaba dos mandatos con posiciones cercanas a la industria minera, por una oceanógrafa brasileña que se propone equilibrar la protección del medio ambiente marino con el desarrollo económico. Un descubrimiento científico revolucionario ha sacudido las negociaciones sobre la minería en aguas profundas, mientras que la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) acaba de elegir una nueva secretaria general que se propone contener las presiones de la industria para la explotación de los fondos marinos. Estos acontecimientos están redefiniendo el debate sobre la explotación de los recursos minerales del fondo marino, en el que se cruzan por un lado la preservación de los océanos y por otro las necesidades tecnológicas de vanguardia, ya que los fondos marinos podrían utilizarse para producir baterías para coches eléctricos y paneles solares. La minería en el fondo del mar, también conocida como minería submarina o minería oceánica, es un proceso de extracción mineral relativamente nuevo que se lleva a cabo en el fondo marino. Los yacimientos de minería oceánica se sitúan en torno a nódulos polimetálicos o fuentes hidrotermales activas o extintas que se encuentran a unos 1.400-3.700 metros bajo la superficie de los océanos.
Descubrimiento del “oxígeno oscuro”
Pero el posible desarrollo de esta actividad se ha visto sacudido por un acontecimiento inesperado: un estudio publicado en Nature Geoscience, del que informamos en T21/Prensa Ibérica a finales de julio, ha revelado la existencia del llamado “oxígeno oscuro”, producido en las profundidades del océano donde no llega la luz solar. Este hallazgo desafía la comprensión previa de que el oxígeno solo se produce mediante la fotosíntesis y representa la evidencia de una nueva fuente de oxígeno en el planeta, al mismo tiempo que ha agitado el mundo de la industria minera, señala la revista canadiense National Observer. Los científicos descubrieron que los “nódulos polimetálicos” – rocas que contienen minerales codiciados por la industria minera – generan una pequeña corriente eléctrica que divide el agua en hidrógeno y oxígeno mediante electrólisis. Este proceso, similar a la producción de hidrógeno, ocurre a unos 4 kilómetros de profundidad.
Impacto en las negociaciones de minería submarina
Este descubrimiento ha tenido un impacto significativo en las negociaciones de la ISA desarrolladas en Jamaica entre el 29 de julio y el 2 de agosto de 2024. En esa reunión de los 168 Estados que forman parte de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS) se discutieron vehementemente futuros proyectos mineros. Varias delegaciones, particularmente de América Latina y Europa, han citado el descubrimiento del oxígeno oscuro como una razón clara para adoptar un enfoque prudente. Sin embargo, The Metals Company, una empresa canadiense que busca explotar estos nódulos para la producción de baterías, ha criticado los resultados del estudio, calificándolos de “cuestionables” debido a una supuesta “metodología defectuosa”. Los defensores de futuros proyectos mineros señalan la oportunidad de avanzar en la transición energética, para poder prescindir más rápidamente de los combustibles fósiles y así proteger el medio ambiente. Especialmente en vista del creciente calentamiento global, abandonar el petróleo y el gas lo antes posible tendría algunas ventajas.
Cautela científica
Sin embargo, la comunidad científica y ambiental ve este descubrimiento como una razón más para pausar o reconsiderar la minería en aguas profundas. El número de países que se oponen a la minería en aguas profundas ha aumentado a 32, con Tuvalu, Honduras, Guatemala, Malta y Austria uniéndose recientemente al llamamiento a favor de una moratoria. Canadá también apoya oficialmente una moratoria hasta que se comprenda mejor el impacto ambiental de esta actividad. En medio de este debate, la Asamblea de la ISA eligió la semana pasada a Leticia Carvalho, de Brasil, como su nueva secretaria general. Carvalho, quien asumirá el cargo el 1 de enero de 2025, trae consigo una amplia experiencia en temas ambientales y marinos. Carvalho sustituye en la secretaría general de la ISA a Michael Lodge, que se postulaba por tercera vez: está considerado próximo a la industria privada y podría haber seguido adelante con la distribución de las primeras licencias mineras, aunque todavía no existe un marco oficial para ello. Carvalho, sin embargo, ha expresado su intención de equilibrar la protección del medio ambiente marino con el desarrollo económico. En una entrevista con el Financial Times, señaló que buscará un enfoque basado en la ciencia para la explotación de los recursos minerales del fondo marino, enfatizando la importancia de la investigación y el seguimiento continuo. La nueva secretaria general se enfrenta a un panorama complejo, en el que deberá navegar entre las presiones de la industria minera, las preocupaciones ambientales y los intereses de los países en desarrollo, que ven en la minería submarina una potencial fuente de ingresos.
El problema de China
A todo ello se suma el problema de China, que apoya la extracción de materias primas raras en aguas internacionales y considera que la minería en aguas profundas vale la pena económicamente. China ha emergido como un líder en la minería de aguas profundas impulsada por su necesidad de minerales críticos para tecnologías de energía limpia. En diciembre de 2022, la Corporación Estatal de Construcción Naval de China presentó su primer barco de perforación oceanográfica, capaz de minar a profundidades de hasta 10.000 metros, lo que demuestra el rápido avance de China en esta industria emergente. Las corporaciones chinas dominan la minería y el procesamiento de minerales críticos en tierra y ahora están enfocando sus esfuerzos en el fondo marino. Con importantes inversiones gubernamentales, China está consolidando su posición en esta nueva industria extractiva, con Rusia y Corea del Sur siguiéndole de cerca. Japón, India, Bélgica y algunos pequeños Estados insulares también están haciendo cola para obtener luz verde para explotar las minas en las profundidades. Actualmente, China posee cinco contratos de exploración de minería submarina, muchos más que cualquier otro país.
Implicaciones geopolíticas
China ha bloqueado discusiones sobre la protección del ecosistema marino y se ha opuesto a la moratoria sobre la minería submarina defendida por muchas ONG internacionales y un número creciente de países. La postura de China en las negociaciones de la ISA podría establecer normas industriales sin la creación de estándares bien desarrollados y armonizados a través del consenso internacional, advierte Dialogue Earth. El monopolio casi total de China en el procesamiento de minerales críticos le da en la actualidad la capacidad de influir en las cadenas de suministro occidentales. La demanda mundial de minerales como el cobalto y el níquel se espera que supere las fuentes disponibles en tierra para 2050, lo que hace que la explotación de los depósitos del fondo marino sea aún más crucial. La combinación de estos factores subraya la importancia de las decisiones que la ISA tomará en los próximos años, ya que determinarán no solo el futuro de la minería en aguas profundas, sino también el equilibrio geopolítico en torno a los recursos minerales críticos para la transición hacia una economía verde. La agitación se palpa en el ambiente. (Eduardo Martínez de la Fe – EL PERIODICO DE ESPAÑA https://www.nuestromar.org/