El año Niño no impidió al productor defenderse con rindes: con 8828 kilos por hectárea en promedio fue la cuarta mejor zafra de la serie histórica y consolida una mejora de 100 kilos por año en los últimos 20. Tener 20 años de información científica, consolidada, analizada y compartida. Tener 20 años de información de chacra, de rendimientos, discriminando fechas de siembra y de cosecha, régimen de precipitaciones, variedades, manejo, zonas del país. Tener 20 años de datos es espectacular. Y esto es lo que ha logrado el Taller de Evaluación de Zafra de arroz, que tuvo el pasado jueves su vigésima edición en INIA Treinta y Tres. En más de una ocasión, nos hemos referido a la integración del sector arrocero nacional, y esta instancia es un ejemplo claro de ello. Industrias exponiendo, productores acompañando, autoridades del gobierno, investigadores públicos y privados y empresas prestadoras de servicio. Todos mirando en la misma dirección, una pantalla gigante en el auditorio donde se exhibían datos que se fueron recabando en 20 años gracias a la gentileza de los diferentes actores.
Saman, Coopar, Casarone y Adecoagro expusieron los resultados de la zafra como los 4 molinos adheridos al precio convenio. Dambo por su parte, fue el primer año en el que presentó, y Arrozal 33, si bien ya no funciona como industria, sigue proyectando sus resultados de forma individual y discriminada.
Resultados. Las lluvias frecuentes en la etapa de siembra y cosecha pusieron a prueba la resiliencia, inteligencia y creatividad de los productores, que sortearon airosos el obstáculo. 8828 kilos por hectárea fue el promedio que presentó el Ing. Agr. Federico Molina, coordinador del taller, en función de un 85% del área nacional analizada. Los distintos expositores presentaron datos de 124.960 hectáreas, distribuidas en los diferentes molinos. Saman continúa siendo el molino que más superficie tiene con 65.824 hectáreas, seguido de Coopar con 16.097, Casarone Agroindustrial con 15.767 hectáreas, Adecoagro 14.111 hectáreas y Dambo con 13.161 hectáreas. Es preciso remarcar que Arrozal 33 ya no funciona como industria desde la zafra 2017/18, y al día de hoy remite a Saman. Por ello, los datos de sus 8.200 hectáreas de arroz están dentro del área que proyectó este molino. Si comparamos frente a la última zafra, que con 9.647 kilos por hectárea en promedio marcó récord, indudablemente que bajó, pero de todos modos es la cuarta mejor zafra de la serie, y las tres anteriores corresponden a las últimas tres campañas que se beneficiaron de “años Niña”. Este año el sector atravesó vicisitudes climáticas en un año lluvioso que no favorece al cultivo, especialmente por las dificultades y demoras en la siembra, lo mismo en la cosecha o la ausencia de horas de luz y altas temperaturas en el período crítico. Aún así, la zafra se salvó con creces. Otro aspecto a discutir fue la distribución de las variedades. INIA Merín continúa siendo la más sembrada, ocupando un 45.4% del área nacional con 56.679 hectáreas. Gurí INTA CL con 23.729 hectáreas ocupó el segundo lugar e INIA Olimar con 13.890 hectáreas fue la tercera. Por su parte, INIA Tacuarí tuvo un 3.8% e INOV FP un 2.1%, pero es preciso expresar que hay 23.000 hectáreas de otras variedades, dentro de las cuales hay un amplio abanico de opciones. En la composición por zona, también hay conclusiones claras: la variedad INIA Merín se sembró en un 54% en el este, en un 40% en el centro y solo un 7% del norte, donde predominó la variedad INIA Olimar con un 57%. Esto es preciso remarcar, porque INIA Merín, con un ciclo más largo, sufrió los embates de las lluvias de marzo. Por tanto, una de las conclusiones del taller es reivindicar la importancia de diversificar variedades y fechas de siembra, para minimizar los riesgos desde el punto de vista climático y para repartir la logística de maquinaria en época de cosecha, no solo de arroz, sino de soja también. La ventana sin lluvias del mes de octubre para una siembra exitosa, fue clave.
“Pasamos de 6.500 kilos a 9.000 kilos en 20 años, lo cual marca un incremento de 100 kilos por año”, dijo el Ing. Agr. Federico Molina, al cierre del taller. Como algunas puntualizaciones finales, se registró el incremento de la soja en rotación con arroz en la zona este, el aumento de los rendimientos en esta región, el incremento de la variabilidad climática, los sistemas más intensos que requieren una mayor vigilancia en enfermedades y malezas y la necesidad de seguir diversificando en la oferta de variedades que hacen al producto final.
“El mejor arroz del mundo”. En la mesa de cierre participaron Alfredo Lago como presidente de ACA, Raúl Uraga por la Gremial de Molinos Arroceros, Ignacio Buffa como ministro interino del MGAP y Álvaro Roel como director del programa Arroz. Antes de eso, el Ing. Agr. Nicolás Lussich, columnista de Rurales El País, hizo una presentación de la actualidad del sector con una mirada de los 20 años del taller.
“Qué lindo es ser arrocero”, así comenzó, y así terminó sus palabras el presidente de ACA Alfredo Lago. En su exposición, el gremialista habló de la importancia de seguir generando acciones que acerquen a los productores al precio convenio, así como la necesidad de mejorar la competitividad para que Uruguay salga con un producto industrializado. Lago lamentó la ausencia de autoridades de la mesa directiva de INIA, pero expresó sus felicitaciones al programa de Arroz y a la cercanía que han tenido con la demanda de los productores.
“No hay buen producto sin buenos productores y viceversa, y lo mismo sucede con las instituciones: no hay buenas instituciones sin buenas personas”, dijo. Raúl Uraga, gerente agrícola de Saman y representante de la Gremial de Molinos Arroceros, dijo que Uruguay tiene “el mejor arroz del mundo”, y que en esta campaña ya se lleva más de la mitad comercializada: “el arroz uruguayo se vende como pan caliente”. “Entré hace 20 años a Saman, y he visto la diversificación de mercados y productos”, expresó Uraga, quien agradeció la flexibilidad y adaptabilidad del sector y la oportunidad capturada por el Ministerio de Ganadería con la ventana para vender arroz en Ecuador. “Cuando hay fluctuaciones de precios como ahora, vemos el valor del precio convenio, que hay que cuidarlo como una joyita”, sostuvo. El ministro interino de Ganadería Ignacio Buffa, expresó que nota muchas bondades del sector arrocero nacional que se deberían extrapolar a otros sectores de la agricultura o de la ganadería.
“Para el Ejecutivo es fácil trabajar con la cadena arrocera, porque hay reclamos atendibles y entendibles, pero bien estructurados, con propuestas”, expresó.
“Queremos un sector productivo celoso, porque en el gasto del Estado está “la madre del borrego”, afirmó Buffa.
Finalmente, Álvaro Roel, director del Programa Arroz, dijo que aquí se han podido “establecer las demandas de forma clara”, y tener estipuladas las necesidades del productor.
“En INIA hay gente trabajando que tiene el mismo o mayor nivel de preparación de los que coyunturalmente nos toca estar acá, en los puestos de arriba”, manifestó Roel, agregando que “hay un presente positivo pero mucho más futuro de integración”. Reconocimientos. En horas del mediodía, INIA entregó tres reconocimientos. Por un lado, a Arrozal 33 por su aniversario número 90 en la producción del cultivo y en su compromiso con la región. Por otro lado, a “Chincho” Ferreira, productor del cereal con años de trayectoria y referente indiscutido del sector arrocero nacional. Finalmente, se entreó una plaqueta en reconocimiento al Ing. Agr. José Terra, investigador comprometido con el rubro y director hasta hace algunos meses del programa de Arroz. La Asociación Cultivadores de Arroz por su parte, hizo entrega de un presente a INIA Treinta y Tres, en agradecimiento por los 20 años del taller, insumo fundamental para el desarrollo de la cadena agroindustrial arrocera.
Excelentes precios para el arroz en el mercado internacional
Uruguay exporta el 95% del arroz que produce, por lo cual depende en gran medida de los valores que ofrezca el mercado internacional en los diferentes momentos. Mermas productivas en Argentina y Paraguay, el desastre climático en Brasil, la firmeza en la demanda de los mercados más exigentes y restricciones a la exportación del arroz en India, entre otros factores, sostuvieron los precios en números que no tienen precedentes. El contrato del precio convenio agregó una cláusula que permite a los productores vender un 20% de su arroz en el mercado spot, y se concretaron negocios en las últimas semanas de hasta US$ 17.50 por la bolsa de 50 kilos. El precio definitivo de la última zafra había sido de US$ 14,835. https://rurales.elpais.com.uy/