BRICS News ha reportado el hallazgo de reservas de petróleo y gas en la Antártida, equivalentes a 30 veces las de Vaca Muerta, la principal formación de hidrocarburos de Argentina. Este anuncio ha encendido las alarmas, ya que podría vulnerar el Tratado Antártico, un acuerdo internacional firmado en 1959 que establece que el continente blanco debe ser utilizado exclusivamente para fines pacíficos. El artículo 1 del tratado prohíbe toda actividad militar en la Antártida, incluyendo el establecimiento de bases y fortificaciones, la realización de maniobras militares y los ensayos de armas. Solo se permite el uso de personal y equipos militares para investigación científica o fines pacíficos. Rusia ha estado llevando a cabo programas de mapeo y sondeo de la geología antártica, tanto terrestre como submarina, durante un tiempo considerable. Sin embargo, datos recientes sugieren que sus navíos de investigación podrían haber descubierto reservas de gas y petróleo estimadas en 511.000 millones de barriles de petróleo. Esta cantidad es diez veces mayor que la producción total del Mar del Norte en los últimos 50 años.
Preocupaciones ambientales: La explotación de estos recursos en la Antártida podría tener graves consecuencias ambientales, incluyendo derrames de petróleo, contaminación del aire y del agua, y el impacto en la fauna y flora local. La Antártida es un ecosistema único y frágil que alberga una gran diversidad de especies, y su protección es crucial para el equilibrio del planeta.
¿Exploración rusa viola el Tratado Antártico?
Argentina y Chile se encuentran en el centro de un conflicto que podría tener graves repercusiones en la Antártida. La pregunta que surge es: ¿Las actividades de Rusia en la zona en disputa se han realizado dentro del marco de la investigación científica o han implicado la exploración de recursos naturales? El Tratado Antártico, firmado en 1959, establece que el continente blanco debe ser utilizado exclusivamente para fines pacíficos. Esto incluye la prohibición de cualquier actividad que pueda poner en riesgo el medio ambiente o los intereses de las naciones firmantes. La disputa por la Antártida se remonta a principios del siglo XX, cuando diversas naciones, incluyendo Argentina y Chile, establecieron bases científicas e izaron sus banderas en diferentes sectores del continente helado. Sin embargo, el Reino Unido, quién a colonizado varias islas del mar circundante a la zona, nunca ha reconocido estas reclamaciones, argumentando que la Antártida es un territorio internacional destinado únicamente a la investigación científica y la cooperación pacífica.
El área en disputa se encuentra en la Península Antártica, y abarca una superficie de aproximadamente 4.000 kilómetros cuadrados. Se trata de una zona de gran valor geopolítico y económico, debido a sus recursos naturales y su potencial para la investigación científica.
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