El sector conservero espera por la anchoa patagónica y ya sufre las importaciones

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En la temporada baja algunas fábricas están con el personal en garantía y otras de vacaciones. Para junio aspiran a recibir la materia prima de Rawson. Reestructuración de la producción por la presencia de atún importado. Fuerte caída de ventas e inicio de paritarias. Así como viene de un par de buenas temporadas de producción y ventas, a partir de los problemas que tenían supermercados e importadores para acceder a dólares y poder comprar productos de afuera, el presente de la industria conservera marplatense viró bruscamente 180 grados. Estas semanas son de baja temporada en el sector. Quien tenía algo de caballa congelada ya la procesó, al igual que el calamar que trajeron los barcos fresqueros de altura. En La Campagnola, por ejemplo, todo su personal está de vacaciones y se reintegra el 20 de mayo. Los esperan las cámaras casi llenas de atún importado. En Marechiare el personal está en garantía horaria. Hace un mes llegó un contenedor con lomos de atún y pensaban incrementar el volumen. La decisión del gobierno de abrir las importaciones en el sector para que bajen los precios, rectificó los planes. Este sombrío panorama se completa con una caída fenomenal de las ventas pese a una fuerte reducción de los precios. “Para mayo el atún lo bajamos en promedio un 15% ya que no tuvimos el IVA adicional que cobraban antes”, dice Federico Angelleri de la conservera del grupo Veraz. Al coctel le falta un elemento adicional. La Cámara de Industriales del Pescado, que agrupa a la media docena de fábricas conserveras, está en plena negociación paritaria con el SOIP. Hasta no hace mucho el sector pagó por encima de lo acordado por CaIPA. Hoy aseguran que no pueden ni empatar.

“Para poder dar aumentos hay que generar ingresos que no estamos logrando”, reconoció el industrial con preocupación. Las ventas de sus productos para el primer cuatrimestre del año se redujeron más del 50%. El gobierno apunta a que la industria nacional fija precios elevados para el mercado interno sabiéndose únicos jugadores. Alejandro Pennisi, industrial de Natusur y dirigente de la cámara conservera, tiene otra mirada.

“Si quieren que bajemos los precios podrían reducir los costos de producción. La factura de luz vino con fuerte aumento. De un mes para otro, gastando menos de la mitad pagamos el doble. Los costos están, hay un 40% de impuestos que se llevan la Nación y las provincias. Hay una incertidumbre muy grande porque todo esto no se termina de estabilizar”, aseguró el industrial. Si bien se ha dedicado principalmente a reprocesar atún que llega importado, en los últimos años en La Campagnola también habilitaron una línea para caballa. “Hasta ahora la empresa mantiene sus planes de producción de ambas especies, pero puede que cambien como pasó en 2019 que estuvimos como nueve meses parados”, cuenta uno de sus trabajadores.  “Vamos a volver y tendremos trabajo, pero nadie sabe hasta cuándo. Antes se hacía una planificación semestral y ahora trimestral para ver las ventas mes a mes”, completó. El sector espera con ansias la llegada de anchoa patagónica que en los últimos años les ha permitido sumar horas de producción y anticipar la zafra de caballa que aporta la flota marplatense. “Esperamos poder recibirla a partir de junio, pero hay un problema gremial con los tripulantes y todavía no se solucionó”, dice Alejandro Pennisi. El industrial reconoce que muchas fábricas ya han hecho la provisión de envases, que están llegando en estos días. No solo la anchoa reactivaría el sector conservero sino también los saladeros. “Hay demanda internacional para el producto y es bueno porque podemos generar mano de obra intensiva”, aseguró el empresario, quien reconoció contactos con armadores locales para que salgan en búsqueda de la anchoíta bonaerense.  Fuente: Revista Puerto www.seafood.media

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