Tres individuos fueron detenidos en Alemania bajo sospecha de espionaje para China, con un enfoque particular en la transferencia de tecnología con posibles aplicaciones militares. Según las investigaciones, este grupo planeaba entregar información confidencial a las autoridades chinas, lo que plantea serias preocupaciones sobre la seguridad y la soberanía tecnológica. Los individuos implicados en este presunto acto de espionaje son ciudadanos alemanes, lo que agrega una capa adicional de complejidad a la situación. Los fiscales alemanes han afirmado que estos individuos estaban actuando en nombre de la inteligencia china desde al menos junio de 2022, y están acusados además de violar las leyes de exportación alemanas al enviar ilegalmente un láser especial a China sin el permiso adecuado. Uno de los sospechosos, identificado únicamente como Thomas R. según las leyes de privacidad alemanas, presuntamente era un agente del Ministerio de Seguridad del Estado de China. Este individuo habría obtenido información sobre tecnologías de uso militar en Alemania para su contacto en el MSS. Para llevar a cabo estas actividades, se valió de la colaboración de Herwig F. e Ina F., una pareja que poseía una empresa en Düsseldorf y que tenía relaciones con investigadores alemanes. El modus operandi del grupo implicaba la firma de acuerdos de transferencia de investigación con instituciones académicas alemanas, aparentemente para proyectos legítimos, pero que en realidad tenían la intención de proporcionar información sensible a China. Según los fiscales, uno de estos proyectos incluía la investigación de tecnología para motores de barcos, incluidos aquellos que podrían ser utilizados en buques militares, lo que sugiere un interés específico en la modernización de la flota naval china. La financiación de estas actividades provenía del MSS chino, lo que subraya la posible implicación del Estado en este caso de espionaje. Además, los sospechosos estaban en medio de negociaciones para nuevos proyectos de investigación que podrían potencialmente fortalecer las capacidades militares de China en el ámbito naval. El descubrimiento de este presunto acto de espionaje se produce en un momento crucial en las relaciones entre Alemania y China. La visita del canciller Olaf Scholz a China apenas una semana antes de los arrestos podría haber añadido una capa de tensión a la situación, aunque los funcionarios alemanes han afirmado que el viaje no influyó en el momento de las detenciones. El gobierno alemán ha adoptado una postura firme contra las actividades de espionaje chino, reconociendo la rivalidad sistémica entre las dos potencias y la necesidad de proteger sus intereses económicos y de seguridad. En una estrategia para las relaciones con China publicada el año anterior, el gobierno destacó la importancia de contrarrestar las actividades de sabotaje y espionaje chino, tanto analógicas como digitales, y ha expresado su compromiso de protegerse contra tales amenazas. La ministra del Interior, Nancy Faeser, ha calificado los arrestos como “un gran éxito para nuestro contraespionaje”, subrayando la importancia de estar alerta ante el peligro que representa el espionaje chino en diversos sectores. Su declaración enfatiza la necesidad de aumentar las medidas de protección en todos los ámbitos para salvaguardar los intereses y la seguridad de Alemania.