La paradoja portuaria

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Por:  Dr. Edison González Lapeyre

Mientras que, por un lado, merced a la inteligente intervención del Canciller Ing. Omar Paganini y la buena disposición del gobierno argentino, se logró, al fin, el consentimiento argentino al dragado del canal de acceso al puerto de Montevideo a 14 metros de profundidad; por el otro lado, llega la noticia de que el grupo Tsakos abandona nuestro país en momentos en que el dique flotante, que es propiedad de esa empresa, se encuentra en el puerto pesquero de Capurro siendo desguazado y transformado en chatarra. En una muy buena nota, quizás la mejor que ha escrito desde que está a cargo de Marítimas de El País, el periodista Eduardo Barreneche, en su página del día 4 del corriente mes, bajo el título “Fin de época: cierra Tsakos y desguazan al único dique flotante”, transmite esta última noticia pero lo hace con una excelente introducción histórica de los distintos diques flotantes que tuvo nuestro puerto, analizando la importancia que ha tenido contar con este tipo de equipos e instalaciones en el puerto de Montevideo destacando, implícitamente, la enorme carencia que implica el no poder más brindar determinado tipo de reparaciones navales en nuestra principal terminal portuaria.

En esa nota, se informa que “la Armada posee su propio dique y en el Cerro funciona el Astillero Montevideo S.A. y el taller naval Nitromar S.A.”. Pero el dique de la Armada puede atender sólo a buques de pequeño y mediano porte y el 70 u 80% del año está ocupado en el mantenimiento y reparación de las naves de la Armada Nacional, de modo pues que no constituye una vía de solución adecuada. Estimo que constituye un objetivo de prioridad nacional el que se reemplace el dique flotante a que hemos hecho referencia, no sólo por las 200 familias de soldadores, electricistas, pintores, mecánicos, caldereros y trabajadores de oficios anexos que han quedado sin trabajo, sino, además, porque un puerto que pretende ser un puerto Hub, tiene que brindar ese tipo de servicios de reparaciones navales a los miles de buques que entran y salen por nuestra principal portuaria. Resulta paradojal que el desguace del dique Tsakos se efectúe en el puerto que pretendió ser pesquero de Capurro, que se encontraba ocioso porque las gestiones oficiales y privadas para captar inversores para operarlo resultaron estériles; y porque la licitación para concesionarlo fue declarada desierta luego de 4 prórrogas, por falta de oferentes. Y digo que es paradojal porque ahora ese emprendimiento, tan mal concebido, al fin, ha alcanzado cierta utilidad como área de desguace y depósito de chatarra… https://www.elpais.com.uy/

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