Un nuevo secuestro de un barco carguero alerta al transporte marítimo mundial de peligros «potenciales»: ¿Cómo afecta al comercio global?

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Hace una semana saltaron las alertas por el secuestro en el Mar Rojo del Galaxy Leader. Un barco carguero israelí fletado por Japón que fue capturado por parte de los rebeldes hutíes de Yemen, apoyados por Irán, en medio del conflicto entre Israel y Hamás. Este fin de semana, otro buque de carga, operado por un empresario israelí, tuvo un intento de captura en el Golfo de Adén, pero por un grupo de «piratas somalíes», según información del Pentágono. Ambos casos ponen en alerta al transporte marítimo mundial por los peligros «potenciales» de la piratería y las «graves» consecuencias en el comercio global. Este fin de semana ocurrió otro asalto en el mar. Un grupo de al menos cinco atacantes abordó el buque de bandera liberiana, M/V Central Park, el domingo por la noche en aguas del océano Índico, con la intención de capturarlo. Sin embargo, un día después la Armada de EEUU, con su buque USS Mason frenó la incautación del buque cisterna. Tras los hechos, el secretario de prensa del Pentágono, el general de brigada Pat Ryder, señaló que los cinco secuestradores están ahora detenidos a bordo del USS Mason. «Seguimos evaluando, pero las indicaciones iniciales son que estos cinco individuos son somalíes y no el movimiento Ansar Allah, de Yemen. El intento de secuestro fue claramente, un incidente relacionado con la piratería», afirmó.

A raíz de estos casos, se publicó en la red social X, antigua Twitter, un extracto del documental ‘Somalia, la otra piratería’, en donde un grupo de rebeldes del país africano «justifican» los hechos asociados a los secuestros y piratería histórica en la zona: «Mis queridos hermanos, no soy un pirata, soy un justiciero y vigilante. Este es nuestro océano… Estamos castigando a los barcos extranjeros que explotan nuestras aguas». Ambos casos de secuestros ocurridos en menos de una semana ponen en manifiesto los «peligros» que están sufriendo las grandes embarcaciones en rutas marítimas de comercio por parte de agrupaciones rebeldes vinculadas a conflictos geopolíticos y de piratería. Según datos del informe ‘One Earth Future Foundation’, los piratas ocasionan un daño de 7.000 millones a 12.000 millones de dólares al año a la economía mundial. Al detalle, el documento arroja que el 95% de la responsabilidad por ese daño recae sobre los piratas de Somalia. El restante 5% corresponde a los ataques piratas en el golfo de Guinea, suroeste de África, y en el estrecho de Malaca, sudeste de Asia.

Por su parte, el registro de IMB de 2023, la piratería provoca una pérdida de alrededor de 25.000 millones de dólares al año en pérdidas económicas globales debido a robos, rescates, aumento de los costos de seguros, etc. En esta línea, con datos de la Administración de Información Energética de Estados Unidos, cerca de un 10% del comercio marítimo mundial de petróleo pasa por el golfo de Adén, la vía fluvial entre Yemen y el Cuerno de África. A modo de ejemplo, en 2020, los ataques de piratas en el Golfo de Guinea, registraron gastos gubernamentales en operaciones de 272 millones de dólares por año en gasto naval y tal vez 250 millones de dólares más en gastos no navales.

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